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La tendencia natural de las personas cuando viven juntas es discutir porque no se concuerden tiempos, cosas, etc., y debemos aprender a convenir rápidamente cuando se ve venir una discusión, evitarla, conviniendo y tratando de ver el otro punto de vista. Y un buen lugar para ser accesible y eliminar la crítica, desde luego que es nuestro hogar. Si es preciso ser groseros con los extraños, pero conserva los modales para tu familia. Todos tenemos la tendencia a ser muy corteses con la gente que no conocemos ni volveremos a ver y llegar a casa a criticar, quejarnos, y discutir con las personas que amamos.
El tercer principio para hacer sentir importantes a las personas es la aceptación. (Usted ya no critica, ya no discute, su personalidad es positiva y agradable): Entonces la aceptación, que satisface uno de los anhelos subconscientes más profundos, cuando llegamos al mundo lo que queremos más que nada es ser aceptados por nuestros padres, ser amados y tener la aprobación incondicional de nuestros padres y cuando nos convertimos en adultos, aun necesitamos amor y aprobación y para transmitir aceptación, simplemente sonreímos. Siempre que sonreímos a otra persona mostramos aceptación. La verdad es que el trabajar en una dinámica interpersonal, indica que cuando dos personas se ven por primera vez y todas las veces siguientes, lo primero que sucede es que tienen una relación de aceptación o no aceptación y esto se transmite por lenguaje corporal, expresiones faciales, por el tono de la voz, pero hasta que esta relación se establezca, no hay ninguna otra comunicación y uno puede activar esa relación simplemente sonriendo y aceptando sin condición a la otra persona, sea quien sea.
El paso número cuatro es el reconocimiento o la apreciación: Es como la aceptación: Cuando uno lo muestra a otra persona eleva la autoestima de esa persona, cuando uno sonríe no solo hace que la otra persona se sienta positiva, sino que el esfuerzo de la sonrisa, en realidad libera endorfina en el cerebro y nos da una sensación de bienestar general y dicen que hasta una sonrisa fingida es mejor que fruncir el seño.