El ricachón en la corte (Moliere) Libros Clásicos

Página 33 de 54

ESCENA XI
MADAMA JOURDAIN, CLEONTE, LUCILA, COVIELLE y
NICOLASA
MADAMA JOURDAIN. -Celebro el encontraros Cleonte, porque venís a tiempo. Mi marido llega: disponeos a pedirle la mano de Lucila.
CLEONTE. -¡Oh señora, qué dulces palabras y cómo halagan mis deseos! ¿Podría yo recibir una orden más grata ni un favor más preciado?

ESCENA XII
JOURDAIN, MADAMA JOURDAIN, CLEONTE, LUCILA, COVIELLE Y NICOLASA
CLEONTE. -Señor: no he querido valerme de nadie para haceros una demanda que medito hace tiempo, y que, por lo mucho que me afecta, debo ser yo mismo quien la haga. Así, pues, sin más rodeos, os suplico me concedáis el honor de ser vuestro yerno.
JOURDAIN. -Antes de responderos os suplico me digáis si sois noble.
CLEONTE. -Señor: la generalidad no vacilaría en contestar a vuestra pregunta. El sentido de las palabras se tergiversa fácilmente, y en el día de hoy, en que las costumbres parecen autorizar el robo, cada cual se aplica ese título sin escrúpulo alguno. Por mi parte, os lo confieso,

tengo sobre este punto un concepto algo más delicado. Creo que toda impostura es indigna de un hombre probo, y que es una bajeza disfrazar la condición en que hemos nacido para presentarse al mundo con un nombre usurpado y queriendo hacerse pasar por lo que no se es. Ciertamente que mis antecesores ocuparon cargos distinguidos, y que yo mismo, después de seis años de servicios en el ejército, he conseguido colocarme en una posición bastante honrosa; pero con todo ello, y no queriendo adjudicarme una condición que otros en mi lugar creerían poder aplicarse, os digo francamente que no soy noble.
JOURDAIN. -Dadme la mano... Mi hija no es para vos.
CLEONTE. -¿Cómo?
JOURDAIN. -No sois noble, no seréis ya mi yerno.
MADAMA JOURDAIN. -¿Y qué queréis decirnos con vuestra nobleza? ¿Acaso pertenecemos nosotros a la casta de San Luis? JOURDAIN. -¡Callaos, que ya os veo venir, señora!
MADAMA JOURDAIN. -¿De quién descendemos los dos, sino de padres muy decentes, pero plebeyos?
JOURDAIN. -¡Puf, qué lenguaje!
MADAMA JOURDAIN. -Vuestro padre, ¿no fue mercader como el mío?
JOURDAIN. -¡Malditas sean todas las mujeres! ¡No han de callar jamás, y cuando abren la boca es para echarlo todo a perder! .

Página 33 de 54
 

Paginas:
Grupo de Paginas:       

Compartir:




Diccionario: