Página 15 de 17
..
-¿Cuál? -preguntaron a un mismo tiempo cinco voces atemorizadas.
-La última...
-¿La nuestra? -susurró Kitty, pálida como el cuello de su camisón, mientras su compañera de cuarto quedaba horrorizada.
-Cuando se volvió para cerrar la ventana, se le corrió el velo y entonces le vi la cara ... -Sally, que hablaba en un susurro, agregó con súbito sobresalto :
-¡La veo ahora mismo !
Todas saltaron o rodaron de sus puestos, como impulsadas por una corriente eléctrica, y miraron a su alrededor mientras Nelly gritaba, desesperada:
-¿Dónde? Oh, ¿dónde?
-Allí ...
Y Sally señaló la cara más pálida de todas, mientras la suya enrojecía con el regocijo que en vano intentaba contener.
-¿ Cordy ?
Un chillido general de asombro e incredulidad siguió a tal anuncio, mientras Sally reía hasta que las lágrimas le corrieron por las mejillas, ante la muda consternación del inocente fantasma.
En cuanto le prestaron atención, se apresuró a explicar:
-Sí; era Cordy, que caminaba en sueños... Llevaba puesta su bata de franela blanca, y un pañuelo de lana le envolvía la cabeza, y se ejercitaba en el tejado a medianoche para no perder tiempo... No me extraña que por la mañana esté tan cansada, luego de tan peligrosa gimnasia.
-Pero no puede haber desaparecido así del techo sin quebrarse un hueso -objetó Julia con gran alivio, aunque aún desconcertada.
-No voló ni cayó, sino que bajó por la escalera abandonada por los pintores... Si dudan, fíjense en las suelas de sus chinelas y verán la pintura roja del techo. Recordarán que no podíamos abrir las ventanas de la cúpula, pero esta mañana fui a dar un paseo y, al fijarme, vi cómo lo hacía dormida, pese a que jamás se atrevería a hacerlo despierta... Como saben, los sonámbulos hacen cosas terriblemente peligrosas -explicó Sally, como si su experiencia con respecto a esas personas tan particulares hubiera -sido amplia y variada.
-¿Cómo pude hacerlo? Es horrible pensarlo siquiera. ¿Por qué me lo permitiste, Kit? -exclamó Cordy, sin saber si debía enorgullecerse o avergonzarse por su proeza.
-Jamás soñé que harías semejante tontería sin despertarte... Los sonámbulos suelen ser silenciosos. Además, aunque te hubiera visto, me habría llevado tal susto que no te hubiera reconocido. Después de lo sucedido, te ataré al pie de la cama para que no asustes a todo el mundo respondió Kitty, que consideraba todo aquello como una excelente broma.