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En el caso presente no tenía escapada, y habiendo arrojado con rebeldía las tijeras, protestando que hasta se olían ya los truenos, cedió por fin, guardó su costura y, tomando su sombrero y sus guantes con aire resignado, anunció a Amy que la víctima estaba preparada.
-Josefina March, ¡tu testadurez es como para provocar a un santo! Me imagino que no querrás salir a hacer visitas con esa facha -gritó Amy contemplándola azorada.
-¿Y por qué´ no? Estoy limpia, fresca y cómoda y mi vestimenta es perfectamente adecuada para hacer largas caminatas por los senderos polvorientos con este día de calor. Si la gente se fija más en mi ropa que en mí misma, no tengo el menor interés en visitarlos. Tú puedes empaquetarte por las dos y ponerte tan elegante como desees; a ti te sienta bien eso; a mí no, y los firuletes y adornos sólo consiguen fastidiarme.
-¡Oh, Dos mio!; ¿así que estamos con espíritu de llevar la contraria, eh? ¡Ahora no conseguiré nunca que te prepares decentemente! Tampoco a mí me hace ninguna gracia ir hoy, pero es una deuda que tenemos con la sociedad y únicamente tú y yo podemos pagarla. Haré cualquier cosa que me pidas, Jo, con tal que te¡ arregles como es debido y me ayudes a cumplir nuestros deberes sociales. Tú sabes hablar tan bien y tienes un aspecto tan aristocrático cuando te vistes con tus mejores galas, sin contar con lo exquisito de tu comportamiento cuanto te lo propones, que me da mucho orgullo salir contigo y me asusta ir sola, así que tienes que venir.
-Eres una gatita astuta al adular y engatusar a tu hermana gruñona de esa manera. ¿Quién te va a creer eso de que yo sea aristocrática y bien educada y que tú tengas miedo de ir sola a ninguna parte? ... ¡No sé cuál de las dos ideas es más absurda! Bueno, iré si es preciso y haré las cosas lo mejor que pueda. Tú serás el comandante de la expedición y yo obedeceré ciegamente, ¿estás satisfecha? -dijo entonces Jo, con un repentino viraje de humor.
-¡Eres un perfecto querubín! Ahora ve y ponte tu mejor vestido y yo te diré cómo has de comportarte en cada casa si es que quieres hacer buena impresión. Quiero que le gustes a la gente, y así sería con solo preocuparte tú de ser agradable.