Las Mujercitas se casan (Louisa May Alcott) Libros Clásicos

Página 121 de 229


-No puedo decirte con verdad que sí, de modo que no lo diré en manera alguna. Más adelante te convencerás de que tengo razón y me lo vas a agradecer -continuó Jo con aire solemne.
-¡Que me cuelguen si hago tal cosa!... -Y Laurie se levantó de un salto, ardiendo de indignación a la sola idea.
-Sí, Laurie, lo harás -insistió Jo-. Ya se te pasará después de un tiempo y vas a encontrar a alguna chica bonita y llena de méritos que te adorará y será digna dueña de tu hermosa casa. Yo no lo sería nunca: no soy linda, ni graciosa, ¡soy un viejo mamarracho!... Te avergonzarías de mí y nos iríamos a pelear siempre. A mí no me iba a gustar nada la sociedad elegante y a ti sí, y tú ibas a detestar que yo escribiese, y yo no me podría pasar sin hacerlo, y seríamos desgraciados, deseando no haber hecho lo que ahora pides con tanto fervor.
-¿Algo más? -preguntó Laurie, encontrando difícil escuchar con paciencia toda aquella predicción nefasta.
-Nada más que una cosa: creo que no me voy a casar nunca. Soy feliz como estoy ahora y amo demasiado mi libertad para apresurarme a renunciar a ella por ningún mortal.
-Yo sé muy bien que no -interrumpió Laurie-. Ahora piensas así, pero día llegará en que querrás a un hombre con toda tu alma, de un modo tremendo, y vivirás por él y morirás por él. Sé que será así porque te conozco y sé de cuánto amor eres capaz... ¡Y yo tendré que contemplar eso! -Sí, viviré y moriré por él, si alguna vez llega y me hace quererlo a pesar mío, y tú debes arreglártelas lo mejor que puedas -gritó Jo, perdiendo la paciencia con el pobre Teddy-. He hecho todo lo que he podido, pero tú no quieres ser razonable, y es egoísta de tu parte seguir atormentándome por algo que no puedo darte. Siempre te voy a querer mucho, muchísimo, como amigo, pero no me casaré contigo nunca, y cuanto antes te convenzas, mejor será para los dos.
Aquel discursito fue como acercar el fuego a la pólvora. Laurie se dio vuelta de pronto, diciendo en tono desesperado:
-Un día te arrepentirás de esto, Jo.
-¿A dónde te vas? -dijo Jo casi llorando porque le asustó la cara del muchacho.

Página 121 de 229
 


Grupo de Paginas:             

Compartir:




Diccionario: