Las Mujercitas se casan (Louisa May Alcott) Libros Clásicos

Página 123 de 229

Aguantó mientras pudo, luego se dirigió al piano y comenzó a tocar la "Sonata patética", de Beethoven, con un sentimiento como nunca se le había oído antes.
-Eso está muy bien, muchacho, pero es demasiado triste... ¡Toca algo alegre, vamos! -le pidió el señor Laurence, lleno de compasión sin saber demostrarlo.
Laurie comenzó una animada melodía, y la hubiese terminado si en ese preciso instante no se hubiese oído la voz de la señora de March:
-Jo, querida, ven, que te necesito...
Justamente lo que Laurie ansiaba decir en otro sentido... El músico perdió el compás y la
6 Título de la primera comedia de Shakespeare, "Love´s labours lost pieza terminó con un acorde interrumpido...
-No aguanto más esto -murmuró el anciano levantándose, llegándose a tientas hasta el piano y poniendo una mano sobre el hombro del muchacho al decirle con la suavidad que hubiese podido tener una mujer.
-Sé lo que te pasa, hijo...
-¿Cómo lo sabes?
-Jo misma me lo contó.
-¡Entonces no hay nada que hacer!... -exclamó apartando la mano que el abuelo le había puesto en el hombro, pues aunque agradecía el cariño, su orgullo viril no le permitía aceptar la compasión de otro hombre.
-Sí, todavía hay algo... Lo diré y luego sí que habremos terminado con este asunto ­respondió el señor Laurence con mansedumbre desusada en él-. ¡Me imagino que no querrás quedarte aquí después de esto!...
-No pienso huir de una muchacha. Jo no puede impedirme que la vea y me quedaré a seguir mirándola todo el tiempo que quiera... -interrumpió Laurie con tono desafiante.
-No lo harás si eres el caballero que yo te creo... Yo estoy muy apenado también, pero Jo, muchacho, no puede evitar su conducta y no podemos obligarla a hacer otra cosa. Lo único que cuadra es marcharse por un tiempo... ¿Adónde quieres ir?
-A cualquier parte. No me importa lo que me pase - dijo Laurie levantándose, con una risa que raspó los oídos de su abuelo.
-Toma las cosas como hombre, hijo mío, y ¡no hagas nada imprudente!... ¿Por qué no ir a Europa como habías proyectado?
-No puedo.
-Pero si estabas loco por irte y te prometí el viaje para cuando te recibieras...
-¡Ah! ... ¡pero no tenía la menor intención de irme solo!... -Y Laurie se puso a pasear por el cuarto con expresión tal que era una suerte que su abuelo no la viese.

Página 123 de 229
 


Grupo de Paginas:             

Compartir:




Diccionario: