Las amistades peligrosas (Choderlos de Laclos) Libros Clásicos

Página 81 de 316

En consecuencia, le pido tenga a bien no escribirme más. Por otra parte le prevengo que no le responderé y que de ese modo me forzará a contarle a mamá todo lo que pasa: lo cual me privaría a la vez del placer de verle a usted. Yo, le conservaré todo el afecto que me sea posible, sin que haga mal en ello; crea usted que con toda mi alma le deseo la mayor felicidad. Comprendo bien que dejará de amarme tanto como ahora, y que acaso muy pronto amará a otra más que a mí; pero ésta será una penitencia más por la falta que he cometido, entregándole un corazón que no debía ser sino de Dios y de mi marido, cuando lo tenga. Espero que la misericordia divina tendrá compasión de mi debilidad, y que no me dará más castigo que el que pueda soportar.
Quede con Dios, y crea firmemente que si me fuese permitido amar a alguno, hubiera amado sólo a usted. He aquí todo lo que le puedo decir, y acaso es más de lo que debiera.
En..., a 31 de agosto de 17...

CARTA L
LA PRESIDENTA DE TOURVEL AL VIZCONDE DE VALMONT
Muy señor mío: ¿De este modo cumple usted las condiciones con que he permitido que me escriba algunas veces? ¿Puedo no tener de qué quejarme, al que temería abandonarme, aun cuando fuese compatible con mis deberes?
Fuera de ello, si tuviese necesidad de nuevas razones para conservar este saludable temor, me parece que las hallaría en su última carta. En efecto, en el momento mismo que usted cree hacer la apología del amor, ¿qué otra cosa hace, al contrario, sino demostrarme sus terribles agitaciones y trastornos? ¿Quién puede apetecer una dicha comprada a expensas de la razón, y cuyos placeres fugitivos dejan siempre pesar, cuando no sea remordimiento? Usted mismo, que por lo habituado que vive con esta especie de delirio peligroso, debe experimentar menos sus efectos, no se ve, sin embargo, precisado a convenir en que a menudo puede más que su razón, y no es usted el primero que se queja de la alteración involuntaria que le causa? Pues, ¿qué destrozo horroroso no haría en un corazón puro y sensible, que aumentaría su violencia en razón de la magnitud de las obligaciones que tendría que sacrificarle?
Cree, o finge creer, que el amor conduce a la felicidad verdadera; y yo estoy tan persuadida de que causaría mi desdicha, que no quisiera oír ni siquiera su nombre.

Página 81 de 316
 


Grupo de Paginas:                 

Compartir:



Diccionario: