No me digas que fue un sueño (Terenci Moix) Libros Clásicos

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No me digas que fue un sueño
Terenci Moix

Barcelonés nacido en 1942, Terenci Moix ha escrito en castellano y catalán novelas, libros de viajes y memorias que le han otorgado gran popularidad. Ha obtenido los premios de novela Fernando Lara y Planeta. Entre sus obras de mayor éxito
destacan No digas que fue un sueño, El sueño de Alejandría y El peso de la paja, junto con la trilogía dedicada a ridiculizar usos sociales formada por Garras de astracán, Mujercísimas y Chulas y famosas.
El antiguo Egipto ha ejercido en Terenci Moix una constante fascinación, que le ha llevado a situar varias de sus novelas y libros de viajes a orillas del Nilo. Pero quizá ninguna de sus novelas ambientadas allí haya alcanzado tanta popularidad como No digas que fue un sueño, que obtuvo el premio Planeta de 1986. El título, extraído de un poema de Cavafis, alude al enfrentamiento con la realidad que tendrán que acometer sus míticos protagonistas, Marco Antonio y Cleopatra. La «reina más fascinante del mundo» aparece en esta versión de Terenci Moix con toda su fuerza de seducción, pero dotada también de una particular ambición e inteligencia. Cuando Marco Antonio la abandona para casarse con Octavia, no duda en cubrir de luto todo Egipto por la traición sufrida, para inmediatamente sobreponerse y esperar su oportunidad.
Dividida entre sus dos almas, griega y egipcia, la reina despliega su estrategia con el secreto deseo de recuperar el antiguo esplendor del imperio: sus amores con Marco Antonio estarán presididos por esos sueños de grandeza, que invitan a convertir Alejandría en una nueva Roma. La maldición definitiva de la muerte truncará esos sueños, dejando a las pirámides como testigos mudos de la venganza del Tiempo.
La prosa de Terenci Moix, que se ciñe al relato histórico y lo trasciende llegando al fondo del enfrentamiento entre Oriente y Occidente, dibuja un mundo en decadencia en el que sus protagonistas son «prisioneros del ayer», entregados a unos sueños que saben a derrota, destrucción y muerte.
Terenci Moi

No digas que fue un sueño
(Marco Antonio y Cleopatra)


Prólogo
Rosa Regàs
Para ser un buen novelista hace falta disponer de una serie de ta lentos que combinados entre sí nos den cuenta de la originalidad, casi diría de la necesidad y no de la contingencia, de la historia que nos están contando. No estoy hablando de lo que en el siglo xix se llamaba "saber escribir". "Qué poco talento tiene ?decían del escritor de moda?, pero qué bien escribe." Todavía hoy hay quien creyendo halagar al novelista le atribuye esa cualidad que lo convierte en maestro de la escritura, un arte que en solitario, es decir sin el contenido que le corresponda o que le exija el lenguaje, no es más que un ejercicio de virtuosismo, elogiable y satisfactorio incluso, pero un ejercicio al fin, algo así como hacer escalas y arpegios.

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