Middlemarch, Un estudio de la vida de las Provincias (George Eliot) Libros Clásicos

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Puedes ver los errores que cometes cuando se te meten ideas en la cabeza. Estoy segura de que Sir James se te va a declarar; y cree que le aceptarás, sobre todo desde que te has mostrado tan contenta con él por lo de los planos. Y el tío también, sé que lo espera. Todo el mundo puede ver que Sir James está muy enamorado de ti.

La revulsión fue tan fuerte y dolorosa en la mente de Dorothea que le brotaron las lágrimas y le corrieron copiosamente. Todos sus adorados planes quedaban emponzoñados y pensó con desagrado en que Sir James concibiera que ella le reconocía como pretendiente. También estaba enojada por Celia.

-¿Por qué iba a esperarlo? -espetó impetuosa-. Jamás he estado de acuerdo con él salvo en lo de las casitas: apenas si me portaba con cortesía antes de esto.

-Pero has estado muy contenta con él desde entonces; ha empezado a estar bastante seguro de que le aprecias.

-¿Apreciarle, Celia? ¿Cómo puedes elegir expresiones tan odiosas? -dijo Dorothea con apasionamiento. -Válgame Dios, Dorothea, supongo que sería normal apreciar al hombre que se va a aceptar como marido. -Me ofende que Sir James pudiera pensar que le aprecio. Además, no es la palabra apropiada para el sentimiento que debo tener hacia el hombre que aceptaría por esposo. -Pues lo siento por Sir James. Creí que debía decírtelo, porque hacías lo que sueles hacer, sin mirar jamás exactamente dónde te encuentres y pisando siempre por donde no debes. Siempre ves lo que no ve nadie más; es imposible satisfacerte; y sin embargo nunca te das cuenta de lo que es evidente. Es tu manera de ser, Dodo -algo le daba a Celia un inusitado valor, y no estaba teniendo piedad con la hermana que en ocasiones temía. ¡Quién sabe qué justa crítica puede estar haciendo Murr el Gato de nosotros, seres de más amplio raciocinio!

-Es muy doloroso -dijo Dorothea, sintiéndose herida-. No puedo tener nada más que ver en lo de las casitas. Tendré que portarme incivilizadamente con él. Tendré que decirle que no quiero tener nada que ver con las viviendas. Es muy doloroso -de nuevo se le llenaron los ojos de lágrimas.

-Espera un poco. Piénsalo. Ya sabes que se va a ir un par de días a ver a su hermana. No quedará nadie salvo Lovegood -Celia no pudo por menos que ablandarse-.

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