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A esto
le sigue el pueril asunto del gas. Fue el mismo doctor Leidner quien lo planeó con el
mismo propósito.
"Una vez hecho aquello, quedó satisfecho. Ya podían disfrutar de una feliz vida
conyugal. Pero luego, hace casi dos años, vuelven a recibirse los anónimos. ¿Por qué
causa? Eh bien, creo saberlo. Porque la amenaza contenida en aquellas cartas era una
amenaza verdadera. Por ello estaba siempre asustada la señora Leidner. Sabía que
Frederick era suave, pero despiadado en el fondo. Que la mataría si llegaba a
pertenecer a otro hombre. Y ella se había entregado ya a Richard Carey.
"Por lo tanto, una vez que descubrió esto, el doctor Leidner preparó con toda calma
y sangre fría el escenario del crimen. Y posteriormente lo llevó a cabo convencido de
que no sería descubierto su autor.
"¿Ven ustedes ahora el importante papel desempeñado por la enfermera Leatheran?
Queda explicada la conducta un tanto curiosa del doctor Leidner al contratar los
servicios de una enfermera para cuidar de su esposa; conducta que al principio me
confundió. Era necesario que un testigo de reconocida solvencia profesional pudiera
asegurar de forma incontrovertible que la señora Leidner había muerto hacía más de
una hora cuando se descubrió su cadáver. Es decir, que había sido asesinada a una
hora en que todos jurarían que su marido estaba en la azotea. Podía suscitarse la
sospecha de que él la había matado cuando entró en la habitación y encontró el
cadáver. Pero esto carecía de importancia si una enfermera competente podía asegurar
positivamente que había muerto hacía más de una hora.
"Otra cosa que queda explicada es el extraño estado de tensión que se notaba este
año entre los componentes de la expedición. No creí que aquello pudiera atribuirse
exclusivamente a la señora Leidner. Durante muchos años había reinado el
compañerismo y la alegría en esta expedición. Opino que el estado anímico de una
comunidad siempre se ajusta a la influencia del hombre que la dirige. Debido a su
tacto, a su juicio y a su forma de manejar a los seres humanos, el doctor Leidner había