Trayectoria de Boomerang (Agatha Christie) Libros Clásicos

Página 157 de 159

Fingió que se marchaba a Londres, a una clínica, pero en realidad se encaminó a Marchbolt y ustedes la encontraron a la puerta de la vicaría.
Entonces quiso librarse de ustedes dos. El sistema fue burdo a más no poder, pero quizá se hubiese logrado el éxito. Y probablemente la camarera no habría recordado muy bien el rostro de aquella mujer, de modo que Moira podría haber regresado a Londres, para ocultarse en cualquier casa de curación. Y después de haberse librado de usted y de Bobby, el asunto habría terminado.
Pero usted la descubrió y entonces ella perdió la cabeza. Y cuando la juzgaron no calló mi participación en nada.
Tal vez estaba un poco cansado de ella, pero no me figuraba que lo sospechase. En realidad, ella tenía el dinero... es decir, mi dinero. Y cuando me hubiese casado con ella, quizá acabara cansándome y, entonces... Me gusta variar.
Ahora empiezo una nueva vida. Y todo a causa de usted y de ese molesto muchacho que se llama Bobby Jones. Pero en fin, no tengo duda de que haré carrera. Bien es verdad que aún no me he reformado, pero puedo intentarlo. Y ahora adiós, mi querida señorita. O quizá «au revoir», porque nunca se sabe lo que puede ocurrir.
Su afectísimo enemigo, que es el traidor y el criminal del drama.

ROGER BASSINGTON-FFRENCH.

CAPÍTULO XXXV
NOTICIAS DE LA VICARÍA


Bobby devolvió la carta a Frankie, que la tomó dando un suspiro.
-Es realmente un hombre notable -dijo.
-A ti siempre te gustó -replicó Bobby, en tono frío.
-Tenía cierto encanto -dijo Frankie-. Y lo mismo le ocurría a Moira.
-Lo curioso del caso -contestó Bobby, para ocultar su confusión- es que la clave de todo estaba en la vicaría. ¿Y no sabías, Frankie, que Carstairs había escrito a Evans, o sea la señora Roberts?
-Sí, para decirle que iría a visitarla a fin de adquirir informes acerca de la señora Templeton, que, según sospechaba, era una peligrosa criminal, buscada por la Policía de varios países.
-Y la muy tonta, cuando se enteró de que él se había caído por el acantilado, no supo darse cuenta de lo ocurrido-exclamó Bobby, indignado.
-Ten en cuenta que nadie habló entonces de Carstairs, sino de Pritchard.
-Es cierto -confesó el joven-; pero también reconoció a Cayman, que estuvo en mi casa. Y aún añadió que lo había visto en la casa en que sirvió antes,

Página 157 de 159
 



Grupo de Paginas:           

Compartir:




Diccionario: