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Las aves de corral
adquirieron un color gris y murieron rápidamente. Los cerdos engordaron
desordenadamente y luego empezaron a experimentar repugnantes cambios que nadie
podía explicar. Su carne era desaprovechable, desde luego, y Nahum no sabía qué
pensar ni qué hacer. Ningún veterinario rural quiso acercarse a su casa, y el
veterinario de Arkham quedó francamente desconcertado. La cosa resultaba tanto
más inexplicable por cuanto aquellos animales no habían sido alimentados con la
vegetación emponzoñada. Luego les llegó el turno a las vacas. Ciertas zonas, y a
veces el cuerpo entero, aparecieron anormalmente hinchadas o comprimidas, y
aquellos síntomas fueron seguidos de atroces colapsos o desintegraciones. En las
últimas fases - que terminaban siempre con la muerte- adquirían un color
grisáceo y un aspecto quebradizo, tal como había ocurrido con los cerdos. En el
caso de las vacas no podía hablarse de veneno, ya que estaban encerradas en mi
establo. Ninguna mordedura de un animal salvaje podía haber inoculado el virus,
ya que no hay ningún animal terrestre que pueda pasar a través de unos
obstáculos sólidos. Debía tratarse de una enfermedad natural..., aunque
resultaba imposible conjeturar qué clase de enfermedad producía aquellos
terribles resultados. En la época de la cosecha no quedaba ningún animal vivo en
la casa, ya que el ganado y las aves de corral habían muerto y los perros habían
huido. Los perros, en número de tres, habían desaparecido una noche y no
volvieron a aparecer. Los cinco gatos se habían marchado un poco antes, pero su
desaparición apenas fue notada, ya que en la casa no había ahora ratones y
únicamente Mrs. Gardner sentía cierto afecto por los graciosos felinos.
El 19 de octubre, Nahum se presentó en casa de Ammi con espantosas noticias. La
muerte había sorprendido al pobre Thaddeus en su habitación del ático, y le
habla sorprendido de un modo que no podía ser contado. Nahum había excavado una
tumba en la parte trasera de la granja y había metido allí lo que encontró en la