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¿Había otros glóbulos? Probablemente. Uno de
ellos consiguió alimentarse y escapar, en tanto que otro no había podido
alimentarse suficientemente y continuaba en el pozo... Los campesinos dicen que
la zona emponzoñada se ensancha una pulgada cada año, de modo que tal vez existe
algún tipo de crecimiento o de alimentación incluso ahora. Pero, sea lo que sea
lo que haya allí, tiene que verse trabado por algo, ya que de no ser así se
extendería rápidamente. ¿Está atado a las raíces de aquellos árboles que arañan
el aire?
Lo que es, sólo Dios lo sabe. En términos de materia, supongo que la cosa que
Ammi describió puede ser llamada un gas, pero aquel gas obedecía a unas leyes
que no son de nuestro cosmos. No era fruto de los planetas y soles que brillan
en los telescopios y en las placas fotográficas de nuestros observatorios. No
era ningún soplo de los cielos cuyos movimientos y dimensiones miden nuestros
astrónomos o consideran demasiado vastos para ser medidos. No era más que un
color surgido del espacio..., un pavoroso mensajero de unos reinos del infinito
situados más allá de la Naturaleza que nosotros conocemos; de unos reinos cuya
simple existencia aturde el cerebro con las inmensas posibilidades extracósmicas
que ofrece a nuestra imaginación.
Dudo mucho de que Ammi me mintiera de un modo consciente, y no creo que su
historia sea el relato de una mente desquiciada, como supone la gente de la
ciudad. Algo terrible llegó a las colinas y valles con aquel meteoro, y algo
terrible - aunque ignoro en qué medida- sigue estando allí. Me alegra pensar que
todos aquellos terrenos quedarán inundados por las aguas. Entretanto, espero que
no le suceda nada a Ammi. Vio tanto de la cosa..., y su influencia era tan
insidiosa... ¿Por qué ~o ha sido capaz de marcharse a vivir a otra parte? Ammí
es un anciano muy simpático y muy buena persona, y cuando la brigada de