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William Shakespeare
Las alegres comadres de Wíndsor
PROLOGO
Shakespeare trazó LAS ALEGRES COMADRES DE WINDSOR en 1600. La célebre comedia debió de representarse a fines de dicho año o a principios de 1601. No existen datos concretos. Refiere la tradición que la reina Isabel, entusiasmada con el tipo de Falstaff, (a la sazón popular en toda Inglaterra, por haber ya aparecido en la primera y segunda parte de Enrique IV y en el Enrique V), mostró deseos de ver aquel caballero bebedor, fanfarrón y mentiroso en una intriga de amores, y que para complacer a su augusta admiradora, el príncipe de los poetas escribió The merry wives of Wíndsor. Y aun añade la tradición que la obra fue compuesta en poco más de dos semanas y que se representó en 1601 en las fiestas dadas en la corte al enviado de Austria. Estos pormenores no constan en documento alguno de autenticidad indubitable, por más que parezcan perfectamente verosímiles. Nárralos por vez primera Mr. John Dennis en 1702, en el prefacio de su Galán cómico, y los repite ocho años después Gildon en sus Observaciones sobre las piezas de Shakespeare.
Es de difícil explicación, por no ser probable ese encargo de la reina, el que Shakespeare se decidiera a presentar nuevamente en el escenario la figura de Falstaff -el Sancho Panza inglés-, tras haberlo hecho morir en el Enrique V, que data de 1598.
Sea lo que fuere, es hecho cierto que por esta época el gran dramático gozaba de mucha estima en su país, a más de desahogada posición. En 1597, los padres de Shakespeare, Juan y María, pueden incoar un costoso pleito en Stratford, para recobrar la posesión de Ashbies, hipotecada en 1579 en cuarenta libras, hipoteca que no habían podido redimir a su vencimiento en 1580. Años más tarde, en 1599, el Garter-King-at-Arms y el Clarentieux autorizan a Juan para unir el escudo de los Shakespeare con las antiguas armas de los Arden (apellido de la madre de nuestro poeta) y de los Wellingcote, armas que, unidas, fueron con el tiempo usadas en el sello de Susana, la hija mayor de William. Ya en 1597 el genio había adquirido una de las principales casas de Stratford, y algo después de estrenarse The merry wives, en 1602, compró otras tierras y fincas en dicha villa por valor de trescientas libras esterlinas, suma enorme para aquellos tiempos.