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Si es así, cuanto más airada se muestre contigo, má
la atormentaré con palabras amargas. ¿Por qué m
miráis así
FEBE.- No por mala voluntad
ROSALINDA.- Por amor de Dios, no os vayáis
enamorar de mí, porque soy más falso que jura
mento de borracho. Fuera de esto, no me gustáis. S
queréis saber dónde vivo, es a un paso de aquí, en e
olivar. ¿Quieres que nos vayamos, hermana? Pastor
acosadla. Ven, hermana. Pastora, miradle con me
jores ojos, y no seáis soberbia. Nadie en el mund
entero sería tan engañado por sus ojos como él
Vamos, a nuestro ejido. (Salen Rosalinda, Celia y Cori
no.
FEBE.- ¡Insensible pastor! Ahora siento la fuerz
de esta verdad; ¿quién que amó, no amó a primer
vista?
SILVIO.- ¡Adorable Febe!..
FEBE.- ¡Ah! ¿decíais algo, Silvio
SILVIO.- Adorable Febe; compadécete de mí
FEBE.- En verdad, siento veros así, amable Silvio
SILVIO.- Adonde está el pesar, debería hallarse e
consuelo. Si mi amorosa pesadumbre os entristece
vuestra tristeza y mi pesar desaparecerían con u
poco de amor
FEBE.- Tienes mi afecto. ¿No es casi lo mismo? SILVIO.- Querría poseerte. FEBE.- Eso sería codicia. Silvio, ha pasado el tiempo en que te aborrecía; y, sin embargo, no es que sienta amor por ti; pero desde que te muestras tan capaz de hablar bien de amor, toleraré tu sociedad, que me era fastidiosa, y aun te ocuparé; mas no es-peres otra recompensa que tu propia satisfacción en verte ocupado por mí. SILVIO.- Tan puro y santo es mi amor y tan pobre me encuentro de mercedes, que será para mí abundante cosecha el ir recogiendo las espigas olvidadas por aquel que recogió la cosecha principal. Dame de vez en cuando una sonrisa perdida y ella me hará vivir. FEBE.- ¿Conoces al joven que me habló hace poco? SILVIO.- No mucho, pero le he encontrado muchas veces; y ha comprado la casa y los ganados que pertenecían al viejo huraño. FEBE.- No pienses que le ame aunque pregunte por él. No es más que un muchacho petulante. Sin embargo, habla bien. ¿Pero acaso, me cuido yo de palabras? Las palabras, no obstante, vienen bien, cuando el que las dice es visto con agrado por el que las oye. Es un bonito joven -no demasiado bonitopero sin duda alguna es orgulloso. Tiene un orgullo que no le sienta mal. Llegará a ser un hombre en regla.