Página 28 de 75
No me queráis en el cepo. Sirvo al rey,
y por su encargo vine a veros.
Demostraríais poco respeto y gran violencia
a la persona y majestad de mi señor
castigando a su emisario.
CORNWALL
¡Traed el cepo! Por mi vida y mi honra,
que aquí se quedará hasta el mediodía.
REGAN
¿El mediodía? Hasta la noche, mi señor,
y toda ella.
KENT
Señora, si yo fuese el perro de vuestro padre
no me trataríais así.
REGAN
Mas, como eres su esclavo, lo haré.
CORNWALL
Este es uno de la especie de que habla
nuestra hermana. –– ¡Vamos, el cepo!
Sacan el cepo.
GLOSTER
Permitidme suplicaros: no lo hagáis.*
El rey se ofenderá si se ve menospreciado
en su propio mensajero y se lo encuentra
apresado de este modo.
CORNWALL
De eso respondo yo.
REGAN
Mi hermana se ofenderá mucho más
si insultan y atacan a su mayordomo.*
CORNWALL
Y ahora vamos, señor.
Salen [todos menos GLOSTER y KENT.]
GLOSTER
Me das pena, amigo. Pero es deseo del duque,
cuyo carácter, como todo el mundo sabe,
no se deja refrenar. Yo te defenderé.
KENT
No, mi señor. He viajado sin reposo.
Pasaré un rato durmiendo y el resto, silbando.
Al honrado la suerte se le acaba por los pies.
Buen día tengáis.
GLOSTER
El duque ha hecho mal: esto dará que sentir.
Sale.
KENT
Buen rey, verás que se cumple el dicho:
cuando el cielo te abandona,
te quedas expuesto al sol.
Acércate, faro de nuestro mundo,
que pueda, con tus socorridos rayos,
leer esta carta. Casi nadie ve milagros
mas que en la desgracia. Sé que es de Cordelia,
que por suerte ha tenido noticias
de mi simulación y hallará el momento
de proveer remedio y cura a tan extraordinaria
situación. Ojos soñolientos y cansados
de velar, aprovechad la ocasión y no veáis
mi humillante alojamiento.
Fortuna, buenas noches, vuelve a sonreír