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Cerrad las puertas.
Le siguen unos temerarios, y la prudencia
aconseja guardarse de las provocaciones
a que pueda dejarse llevar.
CORNWALL
Cerrad las puertas, señor. La noche es temible.
Regan dice bien. Protejámonos de la tormenta.
Salen.
III.i Sigue la tormenta. Entran KENT y un CABALLERO por lados opuestos.
KENT
¿Quién va, además del tiempo infame?
CABALLERO
Alguien tan turbado como el tiempo.
KENT
Yo os conozco. ¿Dónde está el rey?
CABALLERO
Luchando con los fieros elementos;
al viento le dice que hunda la tierra
en las aguas o levante el mar encrespado
sobre los continentes y que todo
se altere o destruya.*
KENT
Pero, ¿quién va con él?
CABALLERO
Sólo el bufón, que se esfuerza en aliviarle
las penas con sus bromas.
KENT
Señor, os conozco lo bastante
como para confiaros un asunto de importancia,
Aunque por ahora guardan apariencias
con parejo disimulo, hay enfrentamiento
entre Albany y Cornwall, que tienen criados
(¿y quién tan encumbrado de Fortuna
no los tiene?), que, aunque lo parecen,
son espías que informan a Francia
sobre nuestro Estado: lo que han visto
de las riñas e intrigas de los duques
o la dureza con que ambos han tratado
al anciano rey; o algo más profundo,
de lo cual todo esto es sólo síntoma.*
CABALLERO
Habrá que hablar más de esto.
KENT
No. Para confirmar que soy mucho más
que mi apariencia, abrid esta bolsa
y sacad el contenido. Si véis a Cordelia,
y sin duda la veréis, mostradle este anillo,
y ella os dirá quién es ese hombre
que no conocéis. ¡Maldita tormenta!
Voy en busca del rey.
CABALLERO
Dadme la mano. ¿Queréis decir algo más?
KENT
Poco, aunque de gran trascendencia.
Cuando encontremos al rey (id vos
por ese lado, yo por éste), quien primero
dé con él, que grite al otro.
Salen.
III.ii Sigue la tormenta.