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He aquà un bonito problema que se me ocurrió durante un viaje de Bixley a Quixley, que hice a lomos de mula. Le pregunté a don Pedro, el guÃa nativo que caminaba delante de mà llevando a mi mula de las riendas, si mi cabalgadura podia avanzar a otro paso. Me dijo que sÃ, que tenÃa que andar mucho más lento, por lo que proseguà mi viaje a velocidad uniforme. Para estimular a don Pedro, responsable de mi único poder impulsor, le dije que entrarÃamos en Pixley para tomar algún refresco, y a partir de ese momento él no pudo pensar en otra cosa más que en Pixley.
Cuando llevábamos cuarenta minutos de viaje le pregunté cuánto camino habÃamos recorrido, Don Pedro replicó: "La mitad de la distancia que hay hasta Pixley".
Cuando habÃamos cubierto siete millas más, pregunté: "¿Qué distancia hay hasta Quixley?". Me contestó, como antes: "La mitad de la distancia que hay hasta Pixley".
Llegamos a Quixley en otra hora de viaje, lo que me induce a pedirles que determinen la distancia que hay entre Bixley y Quixley.