Por supuesto, en estos dÃas tan lejanos serÃa imposible corregir la tremenda injusticia que padeció el pobre Gordio. No obstante, como verdaderos aficionados a los acertijos, podemos condenar la manera soberbia en que Alejandro Magno, compitiendo en un torneo de acertijos, se las arregló para autodesignarse árbitro y concederse el premio por su absurda solución. Estableció asà un peligroso precedente y estimuló una especie de delincuencia que no se ha extinguido todavÃa. A menudo encontramos jóvenes Alejandros a los que les gustarÃa mucho resolver los acertijos según sus propias ideas y ganar los premios a la manera de los piratas.
Gordio era un simple campesino que criaba ovejas y cultivaba uvas, pero que por su aguda inteligencia se convirtió en rey de Frigia. Se dice que cuando subió al trono ató sus antiguas herramientas con lo que la historia conoce como nudo gordiano, pero de tal manera que los nudos no podÃan ser desatados. Los oráculos proclamaron que cualquiera que lograra deshacerlos se convertirÃa en emperador.
"Un acertijo no se resuelve, señores impacientes, espiando la respuesta en un tris;
Cuando Gordio, rey campesino de Frigia ató sus herramientas de cultivo con el nudo renombrado, Alejandro el apresurado no logró deshacerlo al cortarlo en dos".
El acertijo es especial para salidas estivales, y es posible que se haga igualmente popular en la costa y en los lugares de montaña. Puede ser resuelto con paciencia, perseverancia y silencioso estudio. Es un acertijo para ser resuelto en un sitio tranquilo, "lejos del mundanal ruido".
Consiga un trozo de cuerda de alrededor de una yarda de longitud y ate los extremos. Tome un par de tijeras comunes y coloque la soga tal como se ve en la ilustración, sólo que en vez de pasar la cuerda por el gancho, póngasela a la manera de un collar, alrededor del cuello de una joven, sentada en posición conveniente, quien le ayudará a conseguir la corona de Asia si consigue extraer las tijeras.