El desfile

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¿Cuántos hombres había en el desfile?

Durante un día de desfile de San Patricio, hace poco, se desarrolló un interesante y curioso acertijo. El Gran Mariscal dio la noticia usual anunciando que "los miembros de la Honorable y Antigua Orden de los Hibernos desfilarán a la tarde si llueve a la mañana, pero lo harán a la mañana si es que llueve a la tarde".

Esto dio origen a la impresión popular de que se debe contar con que lloverá con seguridad el Día de San Patricio. Casey alardeaba que "durante un cuarto de siglo había desfilado en la parada militar del día de San Patricio desde que era un muchacho".

Pasaré por alto las curiosas interpretaciones que pueden hacerse a partir de este comentario, y diré que, como la edad y neumonía superaron finalmente a Casey, él se marchó junto con la inmortal procesión.

Cuando los muchachos se reunieron nuevamente para honrarse y honrar a San Patricio el 17 de marzo, descubrieron que había en sus filas una vacante tan embarazosa que arruinó el desfile y lo convirtió en una procesión fúnebre invadida por el pánico.

Los muchachos, según la costumbre, se acomodaron en filas de diez, y marcharon una o dos manzanas en ese orden con sólo nueve hombres en la última fila, donde Casey solía marchar a causa de un impedimento en su pie izquierdo.

La música de la banda fue tan completamente ahogada por los gritos de los espectadores que preguntaban "qué había pasado con el tipo de la cojera", que se pensó que sería mejor reorganizar la formación sobre la base de nueve hombres por fila ya que con once no se podría.

Pero una vez más se echó de menos a Casey, y la procesión se detuvo cuando se descubrió que en la última fila sólo había ocho hombres. Hubo un apresurado intento de formar cada fila con ocho hombres, luego con siete, luego con cinco, cuatro, tres e incluso dos, pero se descubrió que en cada una de estas formaciones siempre quedaba un espacio vacante para Casey en la última fila.

Después, aunque nos parezca una tonta suposición, en todas las líneas se empezó a susurrar que cada vez que empezaban a marchar se podía oir "el pie arrastrado" del paso de Casey. Los muchachos estaban tan convencidos de que el fantasma de Casey marchaba con ellos que nadie se atrevía a cerrar la marcha.

El Gran Mariscal, sin embrago, era un tipo rápido e inteligente que rápidamente dejó afuera el fantasma ordenando que los hombres marcharan en fila india, de modo que si el espíritu de Casey estaba allí, sería el último de la larga procesión en honor del santo patrono.

Suponiendo que el número de hombres del desfile no excediera los 7.000, ¿puede determinar cuántos hombres marchaban en ese desfile?

Solución en página siguiente.

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