Parece que la bodega de un caballero habÃa sido robada, despojándosela de dos docenas de botellas de vino que los ladrones se llevaron, y que podrÃan haber conservado si hubieran sido tan expertos en división como lo fueron en sustracción.
Siendo tan tontos como para no callarse la boca, hecho esencial en estos casos, riñeron y armaron un gran barullo. Esto atrajo la atención de un par de policÃas que cayeron sobre ellos y se bebieron todo el champagne que tanto les habÃa costado conseguir. Pero eso, al igual que lo que ocurrió con las botellas y la cuestión de cómo fueron castigados a la mañana siguiente, nada tiene que ver con este acertijo.
Por supuesto, se supone que no se puede transferir el vino de una botella a otra. Cualquier ladrón experto sabe que el champagne no puede ser manipulado de ese modo, de modo que no tiene ninguna oportunidad de utilizar tretas de ese tipo en este acertijo. (Un cuarto equivale a 2 pintas).