Ala Delta

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5. Dirección y control
Un ala delta se controla únicamente mediante la acción del piloto que traslada su peso en la dirección que quiere que siga el aparato.

  • El peso irá hacia adelante para aumentar velocidad.
  • El peso irá hacia atrás si se pretende volar más lentamente.
  • Inclinar el peso hacia la derecha sig­nifica desplazar el aparato hacia ese lado, e inclinarlo hacia la izquierda conduce el ala delta en esa dirección.
  • El juego de estos movimientos sobre el bastidor de control guía el ala delta.

Para girar
Los dibujos te muestran cómo se gira un ala delta.

1. El piloto, que vuela recto y nivelado, aumenta ligeramente la velocidad echando su peso hacia adelante.

2. El piloto balancea el ala delta al des­plazar su cuerpo hacia un lado del ar­mazón en forma de A. Comienza a empujar hacia afuera, provocando que la proa vaya hacia arriba y giran­do con rapidez.

3. El piloto regresa al centro del arma­zón para evitar que el ala delta se deslice lateralmente, pero sigue em­pujando hacia afuera. El aparato se mantiene ladeado durante el giro.

4. El piloto desplaza su peso al lado contrario del armazón y lo empuja hacia adelante, El ala delta concluye el giro, se balancea y recupera la ve­locidad y el equilibrio.

Preparación y entrenamiento
Cualquier deportista aprende a diferenciar, en primer término, el riesgo del peligro. El ala delta es, como otros muchos, un deporte de riesgo, y en su corta historia se han producido accidentes, incluso mortales. La manera de evitarlos en lo posible consiste en un cuidadoso aprendizaje.

Se han abierto escuelas de ala delta en muchas localidades. Dirígete a una de ellas para dar, con toda seguridad, los primeros pasos. Esa será la mejor forma de hacer de la práctica del ala delta una diversión y un deporte.

6. Un simulador
Muchas escuelas de vuelo libre inician las enseñanzas en un simulador, que no es otra cosa más que la estructura del ala delta pero sin vela, colgada del techo. Un monitor enseña al alumno los movimientos para controlar el aparato. Hay que practicarlos hasta que resulten casi automáticos. En el aire las cosas resultan más complicadas y hay que atender varios aspectos a la vez: manejo del aparato, fuerza y dirección del viento...

Después de una serie de explicaciones, el deportista está en disposición de salir al viento libre. Este será su equipo base, que variará un poco según la estación del año.
  • Un casco ligero y unos guantes pro­tectores para las manos.
  • Ropas que abriguen contra el viento. Mejor varios jerseys finos que uno grueso. Pantalones fuertes, tipo vaquero. Una cazadora flexible.
  • Unas botas resistentes. El ala delta se lanza desde colinas y, a menos que se trate de dunas de arena, el terreno suele ser peligroso. Conviene contar con un calzado de consistencia, pero no demasiado peso.

Se puede practicar el vuelo libre de pie, sentado o boca abajo. Es preciso adaptar el equipo a las circunstancias del vuelo y elegir el aparato adecuado.

Primero subir
El ala delta se transporta hasta lo alto de la colina y hacerlo ya supone una excelente práctica deportiva. A continuación se realiza el montaje del aparato y la última inspección minuciosa del conjunto: ¿están bien encajados los tubos?, ¿resulta perfectamente simétrico? Recuerda básicamente que:
  • En el ala delta son pocos los elementos desmontables.
  • El poste principal y el bastidor se colocan en posición erguida.
  • Se sujetan los alambres tensores para hacer del armazón una estructura rígida.
  • La vela se irá extendiendo. Hay que encajar entonces las varillas en los modelos que disponen de ellas.
  • Ya está el ala delta dispuesta para iniciar el vuelo.


7. El despegue
Inicialmente se aprende a con­trolar el ala en movimientos de subida y bajada que, técnicamente, se logran desplazando el peso del piloto hacia adelante o hacia atrás, empujando o tirando de la barra de control. Algunos monitores prefieren que, durante este tiempo, el ala delta se mantenga sujeta con cuerda de nylon para mayor seguridad.

Cuando el alumno sabe mantener la posición recta, se le enseña el procedimiento de los giros. No es fácil, porque hay que combinar desplazamientos laterales de peso con el retorno a la posición inicial para que la inclinación y el giro sean más o menos pronunciados según se desee.

Por fin, llega el momento del despegue. Junto con el control del aparato durante el vuelo, es el instante más importante y decisivo en la práctica de este deporte.



El piloto controla dirección y velocidad haciendo presión sobre la barra.


Condiciones iniciales
Para un despegue correcto, hay que observar una serie de condiciones:
  • Que la pendiente sea suficientemente acentuada: un 20 por 100 más o menos, y que no presente obstáculos.
  • Una velocidad del viento adecuada en dirección y fuerza. Un viento de atrás o de través pueden desequilibrar el aparato en la carrera de lanzamiento. El viento debe venir de cara.
  • El piloto debe calcular ya su ángulo de incidencia para que el viento actúe en su favor. Un ángulo reducido le impedirá despegar; un ángulo muy abierto actuará de freno y tampoco le permitirá elevarse todo lo posible.

Una carrera
Llegó el momento decisivo: el piloto se lanza a la carrera -unos 20 kilómetros hora- para conseguir que el aire pase por el ala a la velocidad suficiente para hinchar la vela y proporcionar susten­tación al aparato.

Mientras corre, gira ligeramente el ala delta hasta encontrar el ángulo de incidencia adecuado y conseguir que la vela se hinche. Pronto nota que se eleva, y que sus pies ya no se apoyan en el suelo. El despegue ha resultado un éxito. ¡Está volando!

Ya sólo queda el control de la situación durante el vuelo y la dirección del aparato mediante los desplazamientos de peso sobre el bastidor para conseguir mantener la altura durante el máximo de tiempo posible.

En dirección al viento
Volar en línea recta no es sencillo, sobre todo en los primeros intentos. El piloto se dirige directamente hacia el viento, y toma como punto de referencia algún aspecto del paisaje.

Al cabo de cierto tiempo, por su propio deseo o porque pierde sustentación, el piloto inicia el aterrizaje. Este es otro momento delicado: hay que regresar al suelo con la menor velocidad posible, para conseguir no perder pie en el contacto con la tierra. Es quizás una de las situaciones de mayor peligro.

Regreso a tierra
Un aterrizaje puede ser sencillo o complicado, según las circunstancias del vuelo. Debe realizarse de acuerdo con las siguientes normas:
  • Mirando hacia adelante y no hacia abajo, para poder calcular bien la velocidad del descenso con referencia al paisaje que le rodea.
  • Empujando para elevar el morro del ala, y buscando el ángulo de incidencia en el que la acción del viento se reduce y se pierde la sustentación necesaria.
  • Una vez los pies tocan el suelo, el piloto debe correr unos metros y empujar ahora el morro hacia el suelo. Las piernas se mantienen flexibles y dispuestas para el aterrizaje más suave posible.
  • En tierra firme, el piloto suelta el arnés y la tensión cede. Después pliega la vela y desmonta el aparato cuidadosamente.

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