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6.La subasta y el palo de triunfo
Una vez repartidas las cartas según las normas del tute corriente, y antes de iniciar el juego con ellas, se realiza una subasta para determinar cuál de los tres participantes en el juego va a actuar como jugador. Este será el que ofrezca más tantos.
Se suele fijar un mÃnimo de tantos para iniciar la subasta, que, generalmente, es de 60. Recuérdese que el total de tantos de una partida de tute es de 130 sin acuses, y que se puede llegar a los 230 con cuatro acuses.
Después de repartidas las cartas, la última carta del mazo no pinta el triunfo, como sucede en las otras modalidades del tute. El triunfo será escogido por el jugador, es decir, por quien gane la subasta.
Con las cartas que tienen en la mano, los jugadores harán sus cálculos sobre los tantos que podrán hacer, teniendo en cuenta que será triunfo el palo que más les convenga. AsÃ, si un jugador tiene el caballo y el rey de un palo, y éste se escoge como triunfo, ya tendrá 40 tantos tras el acuse. Si tiene caballo y rey de dos palos, deberá escoger como palo de triunfo el que más apoyado tenga en el resto de cartas que posee en la mano. En cualquier caso, este jugador ya contará con 60 tantos de acuses.
El primer jugador que habla es el mano. Puede decir paso, si considera que no puede ganar el mÃnimo de tantos establecido para iniciar la subasta, o bien comunicar los tantos que cree que puede hacer y que deben ser necesariamente un número múltiplo de cinco igual o superior al mÃnimo establecido (60, 65, 70, 75, 80, 85...) No puede indicar todavÃa el palo de triunfo.
Después de que el mano haya hablado, es el turno del segundo jugador, que podrá decir paso si no puede superar en cinco tantos, o en un múltiplo de cinco, los tantos ofrecidos por el mano. En caso contrario, es decir, si cree que escogiendo él el triunfo puede ganar más, anunciará el número de tantos (superior al del mano en un múltiplo de cinco) que cree poder hacer. Naturalmente, si el mano ha pasado, el segundo puede subastar a partir del mÃnimo, ya que no tiene que superar ningún tanteo anterior.
Finalmente, llega el turno del tercer jugador, que es el que ha repartido. �ste tiene las mismas opciones que los anteriores: pasar -si no puede superar la subasta anterior-, o declarar que puede ganar más tantos que los otros, siempre en un número múltiplo de cinco superior al último declarado.
En caso de que pasen los tres, la partida es nula, se recogen las cartas, corre la mano y reparte el siguiente en el turno.
Si ha habido subasta, el que ha declarado que puede ganar más tantos se convierte en el jugador, y juega contra los otros dos. El jugador tratará de conseguir, como mÃnimo, los tantos que ha declarado, mientras que los otros dos deberán impedÃrselo. Es decir, para ganar, no es necesario que los que juegan a la contra obtengan más puntos que el jugador; basta con que consigan que éste no cumpla con su compromiso. Puede acordarse, y algunos juegan asÃ, que la subasta continúe hasta que pasen los dos jugadores siguientes al que ha hablado por última vez. 0 sea, se permiten sucesivas rondas de subasta, en lugar de sólo una. Sin embargo, esto no es muy conveniente ya que, si se dispone de sucesivas subastas, se tiende a que las primeras sean muy cortas y puedan ganarse con facilidad. La consecuencia es que el juego posterior pierde interés, ya que es posible incluso ganar el juego sólo con los acuses. Por ello, es mejor hacer la subasta a una única vuelta. AsÃ, el que subasta corto perderá con frecuencia la subasta, o dejará de hacer muchos tantos.
El censor. Otro modo de impedir las subastas cortas es jugar con censor. Para jugar con censor es necesario que sean cuatro los jugadores que participan en la partida. El juego entre cuatro es como el de tres, pero el que reparte las cartas no se da a sà mismo, sólo a los otros tres, y se queda sin jugar en ese turno. Esta práctica es la habitual entre cuatro jugadores que juegan a un juego de tres (asà ocurre, además de en el tute subastado, en el tute arrastrado, el tresillo, etc.) Cuando se juega al tute subastado con censor, el jugador que ha repartido y no tiene cartas toma las del jugador que se ha llevado la subasta y, si cree que puede ganar más que ese jugador, aumenta en cinco puntos la subasta. Entonces pasa a ocupar el lugar del otro en el juego, por lo cual deben intercambiar sus posiciones en la mesa. Los lances del juego continúan a partir de esas nuevas posiciones en la mesa del juego. Este cambio de lugar es el principal inconveniente del juego con censor.