Tresillo

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20.Jugadas Rendidas y Defendidas
El Jugador puede siempre jugar las nueve bazas y atenerse a los resultados de llevada (ganada), puesta o codillo que se den.

En el caso del solo, es obligatorio hacerlo así, es decir, jugar las nueve bazas. Pero, en la entrada y en la vuelta, antes de jugar su carta de la cuarta baza, el Jugador, si ve que no tiene posibilidad de llevarse la jugada y sí de recibir codillo, puede rendirse. Entonces dirá, simplemente, paso.

Si se ha jugado vuelta, la jugada acaba de este modo y el Jugador hace puesta. Lo cual equivale a que una vuelta rendida no se puede defender.

Si se ha jugado entrada, los contrarios se pueden conformar y dicen: bien. La jugada termina y es puesta. Pero si alguno de ellos cree que, continuando el juego, puede hacer más bazas que cada uno de los otros dos, lo anunciará diciendo: la sigo o la defiendo. Entonces deja de ser contra y se convierte en Jugador. El juego continúa y, a su terminación, pueden darse los casos siguientes:

el que sigue la jugada hace más bazas que cualquiera de los otros dos:
el primer Jugador hace puesta y su importe lo percibe el que la defendió;
el que sigue la jugada hace igual número de bazas que alguno de los otros dos (y más o igual que el tercero); en este caso, pierde la jugada por puesta y, como el primer Jugador aceptó ya su puesta al rendirse, este juego da lugar a una puesta doble o a dos puestas gemelas;
el que sigue la jugada hace menos bazas que el primer Jugador: éste salva su puesta, ya que el segundo se hace cargo de ella;
el mano pobre hace más bazas que cada uno de los otros dos: el primer jugador hace puesta y el que la defendió hace codillo.



21.Puesta Primera y Segunda
Cuando un Jugador pierde por puesta (un contrarío ha hecho tantas bazas come él) debe pagar el importe señalado de la puesta.

Esta puesta se llama primera si en el plato no hay ninguna otra; el Jugador que ha perdido por puesta coloca su valor en fichas en el plato. Cuando en el plato ya hay una puesta pendiente de cobro y se pierde por puesta, se dice que esta última puesta es segunda o reservada. En lugar de colocar su valor en el plato, se anota en la cartulina y queda pendiente de resolver.

Obsérvese que las puestas, a diferencia de los codillos, no las cobra el contrario que las da, sino un Jugador cuando gana su jugada. Entonces se lleva la puesta que haya en el platillo y en éste se coloca la siguiente puesta en valor, no en orden -es decir, las puestas reservadas se resuelven de acuerdo a su cuantía, de mayor a menor-, que esté anotada en la cartulina pendiente de resolución.

Puede darse el caso de que un Jugador se lleve una puesta y deba pagar otra anterior, y que la recupere en alguna jugada siguiente. En la cartulina de anotación se tacha con una diagonal la puesta que se coloca en el platillo y con la siguiente diagonal -formando una cruz- cuando un Jugador la cobra de éste.

22.Inicio y Desarrollo
Se inicia el juego con el sorteo de los lugares en la mesa. El jugador al que le correspondió repartir da las cartas a los otros tres jugadores, que las estudian y las valoran.

Tras estudiar las cartas, los jugadores inician la subasta del modo indicado -recuérdese que aunque la mano también diga más sólo iguala la subasta anterior, no la supera-, hasta que uno de ellos se convierte en el Jugador por haber pasado los otros dos.

Una vez establecido el triunfo, bien por anunciarlo el Jugador (entrada o solo), por ser de Palo de favor o por haber dado vuelta a la primera carta de la baceta (vuelta), los jugadores hacen sus descartes y recomponen las manos con las cartas de la baceta. Tras estas operaciones ya está todo dispuesto para pasar a jugar las bazas.

Inicia el juego de las bazas el jugador mano, es decir, el situado a la derecha del dador. Los otros dos jugadores echan sus cartas en su turno en el orden de rotación indicado (recuérdese que la única obligación es la de asistir, o sea, jugar carta del mismo Palo que la del jugador mano de la baza). El que gana una baza se convierte en el jugador mano para la siguiente (pero no a efectos del juego especial de los estuches). Cada jugador coloca las bazas que ha ganado delante suyo, montando y cruzando unas sobre otras, de modo que siempre se pueda ver cuántas bazas tiene cada jugador.

Los jugadores pueden, en cualquier momento, levantar todas las bazas para ver las cartas ya jugadas (pero recuérdese que no está permitido ver el montón de los descartes).

Una vez jugadas las bazas necesarias para establecer el resultado del juego, se procede a su contabilización, a su anotación y a los pagos y cobros que correspondan antes de pasar a la mano siguiente.

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