Poker Descubierto

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10.Desarrollo
Una vez acordadas por todos los jugadores las diferentes opciones que intervendrán en la partida, se sortean los lugares que ocuparán en la mesa y el jugador que iniciará el reparto. Antes de repartir las cartas, el jugador que debe hacerlo las baraja y las da a cortar al jugador de su derecha. Cualquier otro jugador que lo pida puede barajar las cartas, pero el último en hacerlo debe ser siempre el que reparte.

El dador da una carta boca abajo a cada jugador, empezando por el de su izquierda. Cuando todos los jugadores tienen una carta boca abajo, el dador da otra carta a cada uno de ellos. �sta, como las siguientes que reparta, estará boca arriba y a la vista de todos los jugadores hasta que su poseedor se retire, dé la vuelta a las cartas descubiertas y las arroje sobre la mesa en un montón. Una vez que todos los jugadores tienen dos cartas, una cubierta y otra descubierta, cada uno de ellos las estudia, procurando que los otros jugadores no vean su carta cubierta, y empieza la primera ronda de envites.

En el Stud, a diferencia del poker corriente, el primer jugador que "habla" en cada ronda de envites no es el que se sienta junto al dador y recibe la primera carta en cada ronda de reparto, sino el que tiene expuesta la mejor jugada.

La primera ronda de envites la inicia el jugador que tiene expuesta la carta más alta. En caso de que dos jugadores o más coincidieran en tener la carta más alta, prevalecería el criterio del orden de reparto entre esos jugadores para iniciar las apuestas.

El primer jugador que envida puede escoger entre pasar, apostar una cantidad comprendida entre el mínimo y el máximo o retirarse, es decir, abandonar las apuestas en esa mano.

Los siguientes jugadores hablan siguiendo el mismo orden que se ha seguido para el reparto de cartas.

Las apuestas se hacen colocando la cantidad apostada en el centro de la mesa, a la vista de todos los jugadores. Se suele anunciar en voz alta la cantidad apostada en el momento de depositar las fichas que la representan sobre la mesa.

Si el primer jugador ha pasado o se ha retirado, el segundo tiene las tres mismas opciones que aquél.

(El jugador que pasa no pierde la opción de apostar, sino que espera a que hablen los demás para hacerlo.) Pero si el primer jugador ha hecho una apuesta, el segundo jugador y los siguientes tienen tres nuevas opciones: puede no ver (también se dice no ir), lo cual significa que no acepta el envite y se retira de esa mano puede ver la apuesta, es decir, apostar la misma cantidad que el primero; y, por último, puede apostar una cantidad superior (siempre limitada por el máximo establecido).

Después de que un jugador ha hecho una apuesta, los siguientes jugadores ya no pueden pasar. Han de apostar una cantidad idéntica o retirarse. La ronda de envites continúa de acuerdo con las opciones indicadas anteriormente hasta que se han igualado las apuestas de todos los jugadores que siguen en la partida. Una vez terminada esa ronda de envites, se da una tercera carta boca arriba a cada jugador que sigue en juego.

El encargado de repartir es el mismo jugador que dio al comienzo de la mano, aunque posteriormente se hubiera retirado del juego. Si, después de retirarse, éste jugador tuviera que levantarse de la mesa por algún motivo, podrá delegar el reparto de las cartas en el jugador sentado a su lado, siempre que se respete el orden de la distribución (es decir, que no varíen el primer y el último jugador que recibían las cartas).

Después de distribuida la tercera carta a los jugadores, se inicia la segunda ronda de envites, con las opciones ya indicadas. Una vez que las apuestas de los jugadores que quedan en la partida se han igualado, se reparte a cada uno de ellos la cuarta carta boca arriba. Se inicia entonces la tercera ronda de envites. Finalmente, se da la quinta y última carta boca arriba a los jugadores que quedan en la mano. Tras este reparto, tiene lugar la cuarta y última ronda de envites, que, como las anteriores, es iniciada por el jugador con la mejor jugada expuesta.

Una vez igualadas las apuestas de esa última ronda, los jugadores descubren la carta que tienen boca abajo para conocer al ganador. �ste recoge todas las apuestas que se han acumulado en el centro de la mesa y las junta con su resto.

El jugador siguiente al que ha repartido será el que dé las cartas en la nueva mano. Si sólo se utiliza una baraja, recogerá las cartas, las barajará y las dará a cortar al jugador que dio la mano anterior. Si se usan dos barajas, el jugador siguiente al dador recoge las cartas y las baraja, mientras que el dador da la otra baraja a cortar al jugador anterior y distribuye las dos primeras rondas de cartas (una tapada y la otra destapada) a cada jugador.



11.El ganador
El ganador de una mano de poker descubierto es el que tiene la mejor jugada con sus cinco cartas. Se lleva todas las apuestas que están en juego. Un jugador también gana la mano si es el único que queda compitiendo en alguna de las rondas de envites. Esta circunstancia no suele producirse en la primera o segunda rondas, pero sí es habitual en la tercera o en la cuarta.

Los otros jugadores han preferido retirarse por considerar que las apuestas son excesivas para las cartas que tienen, o por la dificultad que les supone ligar una jugada superior a la expuesta por el ganador, ya que, como ocurre a menudo, las cartas necesarias para mejorar una jugada ya han salido y han sido vistas por todos los jugadores. Si, en alguna de la rondas, todos los jugadores pasan, gana las apuestas el jugador que tiene la mejor jugada con las cartas distribuidas hasta ese momento.

12.Los jugadores retirados
Una vez que un jugador se ha retirado de una mano y no participa en el juego, se convierte en un mero observador y debe mantener el mismo comportamiento que éstos hasta que, al término de la mano, vuelva a convertirse en un jugador activo.

No es correcto que un jugador que gana se retire de la partida sin dar oportunidad a los otros jugadores de recuperar sus pérdidas. Sin embargo, un jugador puede retirarse si se ha llegado a la hora establecida al inicio de la partida o durante ésta. Los otros jugadores no pueden obligar a jugar al ganador una vez rebasada la hora indicada. Si éste accediera a prolongar la partida, debería acordarse una nueva hora límite para el término de la misma.

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