10.Inicio del juego El reparto. En el piquet es particularmente desventajoso ser el dador y no jugar el primero, por lo que hay que sortear el primer dador e ir alternando los siguientes repartos, dejando siempre abierta la posibilidad de la vuelta, es decir, de que se igualen el número de repartos de cartas. Por ejemplo, con cinco repartos de cartas (tres de un jugador y dos de otro), es posible que uno de los jugadores alcance la cantidad de puntos establecida para ganar la partida. Debe haber entonces la posibilidad de un sexto reparto, a menos que el jugador que tenga la salida sea el que está ganando la partida.
El jugador que da, el mayor, baraja las cartas, las da a cortar al joven, reparte de dos en dos doce a cada uno empezando por el joven, y deja las ocho restantes en el centro de la mesa, en dos grupos de cartas que coloca cruzados. El superior será de cinco cartas y el inferior de tres.
El descarte. Cada uno de los jugadores, por turno -primero el joven y luego el mayor-, debe descartar obligatoriamente una de las cartas que ha recibido en el reparto inicial y sustituirla por otra de la baceta.
Antes de hacer el descarte los jugadores deben anunciar si tienen cartas blancas para cobrar los 10 puntos de premio por este lance.
Además del descarte obligatorio, el joven puede descartarse de un máximo de otras cuatro cartas (cinco en total), que sustituye por las superiores de la baceta; si no toma las cinco que le están reservadas, puede mirar las que no toma (una vez que ha completado la mano, no antes).
El jugador que ha ganado la primera baza se anota 1 punto, que anuncia al recoger la baza, y sale en la siguiente anunciando su tanteo anterior, al que se añade 1 punto por la salida de la baza.
Llegado este momento, se procede a la anotación de los puntos finales y se preparan las cartas para el siguiente juego parcial, si no se ha alcanzado el final de la partida. 12.La partida Al inicio del juego los jugadores convienen la duración de la partida. Esta puede establecerse en función de un número de puntos (100, 150 ó 221) o de repartos de cartas (4 ó 6). Las partidas pueden ser secas (autónomas) o ligadas, en cuyo caso el ganador es el que consigue anotarse dos mangas.
Si la partida se juega a un número de puntos fijado, el ganador recibe del perdedor un número de tantos igual a su puntuación aumentada con la diferencia de puntuación de los dos jugadores.