Mona

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1.Introducción

Origen: España
Duración de la partida: 10-15 minutos
Baraja: inglesa
N° de naipes: 52
Jugadores: de 2 a 8
Dificultad: Fácil
Tipo de juego: emparejar cartas

La mona es uno de los primeros juegos que aprenden los niños, ya que su sencillez y la claridad de su objetivo lo hacen apto para que todos los miembros de la familia puedan divertirse juntos.

Como este juego se basa en formar parejas de cartas, han surgido numerosas barajas de fantasía, con dibujos generalmente basados en personajes infantiles populares. En estas barajas suele figurar una carta sin pareja, de la que los jugadores deben deshacerse antes del final del juego.

2.Objetivo
No ser el último en desembarazarse de todas las cartas, formando parejas del mismo índice.

3.Número de Jugadores
En una partida de mona puede participar cualquier número de jugadores a partir de dos. Sin embargo, si los jugadores son muy numerosos, les corresponden pocas cartas a cada uno y puede hacerse muy difícil formar parejas y eliminar jugadores.

4.Tipo de Baraja
Para jugar a la mona puede servir cualquier baraja que tenga, como máximo, una carta desparejada. Lo más corriente es tomar una baraja inglesa y esconder una de sus cartas para que quede desparejada.

5.Valor de las Cartas
En el juego de la mona las cartas no tienen ningún valor. Si se juega con una baraja española o inglesa, se consideran iguales las cartas que tienen el mismo índice y estas son las que se deben emparejar.

Puede observarse que no es lo mismo poder emparejar una carta de un índice con otras tres cualquiera del mismo índice, que sólo poder hacerlo con otra concreta, como en los juegos especiales de parejas cuyas reglas están basadas en el juego de la mona. En una baraja inglesa pueden establecerse limitaciones con los palos, exigiendo que sólo formen pareja las cartas del mismo índice cuyos palos sean del mismo color.

6.Vocabulario Específico
  • Mona: Carta que queda sin pareja al finalizar el juego. El jugador que se queda con esa carta especial también suele recibir este apelativo por parte del resto de los jugadores.
  • Pareja: Par de cartas del mismo índice.


7.Las Jugadas de la Mona
En la mona sólo hay una jugada: formar parejas de cartas del mismo índice.

Cuando un jugador forma una pareja de cartas deja esas dos cartas sobre la mesa. Es conveniente dejar las dos cartas en montones separados, para que las cartas del mismo índice no queden juntas de cara al juego siguiente.

8.Inicio
En la mona se reparten las cartas entre todos los jugadores, y no tiene ninguna importancia quién es el dador ni cuántas cartas recibe cada uno, ya que lo importante son las cartas que le quedan a cada jugador después de haberse desprendido de todas las parejas que ha formado con las cartas del reparto inicial.

Para iniciar el juego es necesario preparar una baraja de modo que una de sus cartas quede desparejada. Esto se suele hacer tomando una baraja inglesa y escondiendo una de sus cartas.

Después de sortear el primer dador, éste baraja las cartas, da a cortar el mazo y reparte todas las cartas entre los jugadores, de una en una. Es posible que la última ronda no pueda completarse y que algunos jugadores queden con carta de menos.

Entre jugadores expertos puede repartirse el mazo -después de haber retirado una de sus cartas- entre los jugadores en grupos de cartas de más o menos la misma cantidad, ya que lo realmente importante es la cantidad de cartas que cada jugador tiene después de eliminar las parejas.

9.Desarrollo
Una vez recibidas sus cartas, cada jugador las mira y busca entre ellas aquellas con las que puede formar una pareja de cartas del mismo índice.

Cuando encuentra una pareja del mismo índice entre sus cartas, la deja sobre la mesa boca arriba para que todos los jugadores puedan comprobar que la pareja es correcta (si los jugadores son experimentados, se supone que las parejas están correctamente formadas y no se vigilan las cartas que dejan los adversarios).

Una vez que los jugadores han formado todas sus posible parejas de cartas, empieza la segunda fase del juego. No importa que algún jugador se despiste y no vea que aún puede formar otra u otras parejas con las cartas de su mano, ya que esto no va en perjuicio del juego, sino únicamente en contra del jugador despistado. El jugador al que le han quedado más cartas las ofrece, boca abajo, al jugador de su derecha para que éste tome una de ellas. Este jugador comprobará si puede formar una pareja con esa carta y alguna de las que tiene en la mano. Si es así, deja las dos cartas sobre la mesa junto a las descartadas anteriormente. En caso contrario, la coloca junto al resto de sus cartas y las ofrece al jugador de su derecha para que éste tome una de las cartas y vea si hace una pareja. Cuando un jugador se queda sin cartas -bien porque el jugador siguiente toma la última carta que le quedaba en la mano, o bien porque consigue emparejar su última carta con la que ha tomado del jugador anterior- deja de jugar. El juego prosigue entre el resto de los jugadores, a partir del jugador que sigue en orden al que ha dejado de jugar.

Este jugador ofrece sus cartas al jugador que le sigue, para que este tome una. El juego continúa desarrollándose del modo indicado hasta que sólo queda un jugador con una carta, la desparejada, que es la «mona». El jugador que se queda con esa carta es el perdedor de la partida.

Al terminar el juego no hay que olvidar volver a colocar en el mazo la carta que se ha ocultado al principio del juego.

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