Ver la muerte

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La persona escogida para que vea la muerte, regularmente es un hombre, el cual se arrodilla delante de una señora: ésta le venda los ojos, le toma las manos, se las levanta, se las baja, se las pone hacia atrás, y después se las cruza al pecho. Todo esto ninguna conexión tiene con el juego, sino que se hace con el fin de tener al paciente en expectativa de una ceremonia extraordinaria. La misma señora procura al volver y revolver así a su víctima, pronunciar ciertas palabras estrambóticas. Cuando le tiene bien preparado, le levanta los brazos sobre la cabeza, le junta los dedos poniéndolos unos sobre otros, y le dice: llamad a la muerte, y se os aparecerá. El paciente empieza a, gritar: ¡Muerte! ¡muertel! Y entonces la dama le muerde la punta de los dedos, quitándole las ganas de ver la muerte.

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