El Cuchillo

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Uno de los jugadores propone que teniendo un vaso de agua sobre la cabeza sujeto con una mano, y cogiendo un cuchillo por el cabo con los dientes, lo hará saltar con el impulso de su boca hasta el vaso, y meterse en él sin derramar el agua. Por supuesto que los que no están en el juego son los primeros que porfían que no lo hará. El jugador se sube sobre una silla, coge un vaso de agua poco menos que lleno, y lo tiene en la mano derecha sobre la cabeza : toma el cuchillo, lo coge con los dientes por el cabo, y aparenta empezar la suerte. En esto deja caer el cuchillo, fingiendo no haberlo sujetado bien, y él más inmediato se lo levanta y vuelve a dárselo. El jugador prosigue su ficción y deja caer otra vez el cuchillo, y cuándo el descuidado y cortesano sirviente se baja para volvérselo a dar, él se inclina como para evitarle tanta molestia, y diciéndole en el mismo acto, perdone usted la incomodidad, le derrama encima toda el agua que contiene el vaso,

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