El Silbato

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Se forman los jugadores en rueda, ocultando un silbato pequeño, que debe adivinar quién lo tiene el que se coloca en medio. Se entona una canción, y gira la rueda por algunos instantes, advirtiendo, que se le procura poner al paciente colgado el silbato con una cinta o hilo a sus espaldas, sin que él lo advierta, y enseñándole al empezar la rueda otro silbato semejante, del que no se hace uso. Después de girar un rato, alguno de los que caen detrás de él toca el mismo silbato que lleva pendiente, y él vuelve prontamente al reclamo para registrar a la persona que le parece ha silbado. No bien da la espalda, cuando otra vuelve a hacer lo mismo, precisándole a que deje a la primera, y busque en otra parte el silbato perdido. Este juego es muy vivo y alegre, sucediendo frecuentemente que el jugador chasqueado descubre al cabo de rato el engaño; y mucho más a menudo sucede, que picado de ver que se ríen de su inutilidad, redobla su obstinación y prolonga él mismo el pasatiempo.

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