Página 1 de 1
Sin preguntar número alguno al que lo haya pensado, se le dice que añada otro tanto; y hecho esto, que añada 6, o 10, o 22, o el número que le prescriba el que ha de adivinar, advirtiendo que sea siempre par : al resultado de esta suma debe quitar la mitad, y a esta mitad rebajar el número pensado. El resultado será la mitad del número que le hubiese prescrito añadir el adivinador.
Demostración
Supongamos que la persona ha pensado
el . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
Doblado este número será . . . . . . . . . . . . . 8
El adivinador le prescribe, por ejemplo,
que añada 6, y quedará en. . . . . . . . . . . . .14
La mitad de este número es . . . . . . . . . . . . 7
Al cual quitado el 4, primer número
pensado, será . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
mitad del 6 que le ha prescrito el adivinador.