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Este juego es también muy antiguo, como el de las tabas. Se juega en los jardines, o en cualquiera otro terreno bien unido : pueden entrar muchos jugadores a un tiempo no necesita gran preparativo, y ejercita sin fatiga, por lo cual es propio de todas las edades. Se juega con tejos de hierro, cobre, barro cocido o pesos duros. Uno de los jugadores fija la paleta, que es una varilla de hierro con una ventanilla que se abre por sí misma a poco impulso en la parte superior de la misma barreta. Un poco detrás, como a dos pies, está otra barra menos sencilla, llamada paletín; y al pie de la barreta pasa una cuerda de derecha a izquierda horizontalmente, que es la que marca los puntos de aproximación a ella. Los jugadores ya convenidos en el valor que ha de tener cada suerte, tira cada uno su tejo; advirtiendo, que el golpe de más valor es el de sacudir al paletín, para lo cual es necesario que pase el tejo por el ventanillo de la paleta, o por un rechazo de ésta, aunque no pase, dar en dicho paletín. El punto más inmediato en valor es el de sacudir a la paleta, y el de los demás lo constituye la mayor aproximación a la raya. Los tiros, y la distancia de donde ha de tirarse, se graduarán según el peso y calidad de los tejos.