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El Chaturanga
Todos los especialistas -a excepción de Brunet y Bellet, un catalán estudioso de fines del siglo XIX- están convencidos de que el pariente más remoto del juego del ajedrez, algo asà como su tatarabuelo, es el chaturanga. Murray, un historiador inglés de comienzos del siglo XX, traduce esta voz como si se tratase de una palabra compuesta a la que hace derivar de dos términos, chatur, que quiere decir "cuatro" y anga, que significa "miembros". De esto resultan cuatro miembros o cuatro partes, que serÃan las cuatro partes de que constaba el ejército indio de aquellos tiempos. Pero también nos dice que no siempre es posible determinar cuándo esta palabra está utilizada con el significado de "armada" y cuándo con el de "ajedrez".
En 1622 apareció en la ciudad de Lyon el libro de Daniel Souterus, "Palamedes sive de tabula lusoria, alea et variis ludiis quorum 1 philologicus, 2 historicus, 3 eticus seu moralis" ("Palamedes, o sea, de la tabla de entretenimientos, suertes y varios juegos, de los cuales el primero es de corte filológico; el segundo, histórico y el tercero, moral"). El propósito de Souterus, como se desprende del extenso tÃtulo de su libro, era analizar los aspectos filológicos, históricos y ético-morales de los juegos. Cada libro está dedicado en particular a uno de estos tres aspectos y entre uno de los temas que aborda el autor se halla el problema del origen del ajedrez.
Más allá de su indudable valor bibliográfico, este libro contiene una serie de apreciaciones valiosÃsimas que nos dan alguna pauta de cómo fue evolucionando la pesquisa historiográfica en torno del problema del ajedrez y cómo se llegó a las teorÃas anteriormente expuestas, que son en la actualidad las reconocidas como más probablemente válidas. Aunque no llegó al término chaturanga, curiosamente Souterus estuvo muy cerca de conocerlo, y se detuvo en una de las primeras corrupciones de esta voz, que es la que produjeron los persas. Vale decir que dejó abierta una lÃnea para la investigación posterior, aprovechada luego por otros eruditos e investigadores.
Con todo, las apreciaciones de Souterus, uno de los últimos representantes de la visión renacentista del mundo, no se pueden desprender todavÃa de la idea de que toda creación del espÃritu debe tener un origen clásico, esto es, grecolatino. Por eso él mismo nos dice "vuelvo a los latrunculi" -"ad latrunculos revertor"-, un juego practicado por los romanos. La visión basada en la tradición clásica, y los problemas que se plantea resolver, de carácter teológico, histórico y moral, obedecen a ese concepto.
Las fuentes más antiguas para estudiar este protoajedrez, todavÃa en formación, fueron analizadas primero por Forbes, en el siglo XIX y en segundo lugar por el citado Murray, en su libro "A History of Chess". Sir William Jones, otro investigador inglés, basándose en la autoridad de su amigo, el brahmán Rada Kant, sostenÃa que esta primera y rudimentaria forma del juego aparece mencionada en las más antiguas codificaciones hindúes. Asimismo, la fuente principal para el chaturanga o ajedrez hindú estarÃa en el Bhavishya Purána, gran colección de versos relativos a la historia y cultura de ese paÃs.
El chaturanga era un juego muy elemental; lo que se ha conservado de sus reglas es lamentablemente muy poco y no alcanza para reconstruirlo. Participaban cuatro contendientes, con ocho piezas cada uno, usando dados. El caballo movÃa de la misma manera en que lo hace ahora (en verdad, esta pieza tuvo idéntico movimiento en todos los juegos contemporáneos o descendientes del chaturanga). ExistÃa una forma de coronación llamada shatpada, que se hacÃa en la octava lÃnea del tablero, como en la actualidad, pero adquiriendo el rango de la casilla en la que se habÃa promovido.
Una de las reglas del chaturanga determinaba que cuando uno de los cuatro reyes era capturado por fuerzas enemigas, toda su tropa, incluido él mismo, pasaban a depender del rey vencedor; ese rey vencido, o aliado del vencedor, se convertÃa en su consejero. Ese consejero se transformó, después de una larga evolución en la actual dama o reina.