Divina Comedia (Dante Alighieri) Libros Clásicos

Página 53 de 454

bajando el rostro; mas sirvió de poco,
pues yo le dije: «Oh tú que el rostro agachas, 48

si los rasgos que llevas no son falsos,
Venedico eres tú Caccianemico; 50
mas ¿qué te trae a salsas tan picantes?» 51

Y repuso: «Lo digo de mal grado;
pero me fuerzan tus claras palabras,
que me hacen recordar el mundo antiguo. 54

Fui yo mismo quien a Ghisolabella
indujo a hacer el gusto del marqués,
como relaten la sucia noticia. 57

Y boloñés no lloró aquí tan sólo,
mas tan repleto está este sitio de ellos,
que ahora tantas lenguas no se escuchan 60

que digan "Sipa" entre Savena y Reno; 61
y si fe o testimonio de esto quieres,
trae a tu mente nuestro seno avaro.» 63

Hablando así le golpeó un demonio
con su zurriago, y dijo: « Lárgate
rufián, que aquí no hay hembras que se vendan.» 66

Yo me reuní al momento con mi escolta;
luego, con pocos pasos, alcanzamos
un escollo saliente de la escarpa. 69

Con mucha ligereza lo subimos
y, vueltos a derecha por su dorso,
de aquel círculo eterno nos marchamos. 72

Cuando estuvimos ya donde se ahueca
debajo, por dar paso a los penados,
el guía dijo: « Espera, y haz que pongan 75

la vista en ti esos otros malnacidos,
a los que aún no les viste el semblante,
porque en nuestro sentido caminaban.» 78

Desde el puente mirábamos el grupo
que al otro lado hacia nosotros iba,
y que de igual manera azota el látigo. 81

Y sin yo preguntarle el buen Maestro
«Mira aquel que tan grande se aproxima,
que no le causa lágrimas el daño. 84

¡Qué soberano aspecto aún conserva!
Es Jasón, que por ánimo y astucia 86
dejó privada del carnero a Cólquida. 87

Éste pasó por la isla de Lemmos,
luego que osadas hembras despiadadas
muerte dieran a todos sus varones: 90

con tretas y palabras halagüeñas

Página 53 de 454
 


Grupo de Paginas:                       

Compartir:



Diccionario: