El Vingt trois

Página 1 de 1

El mayor atractivo del vingt-trois (veintitrés) reside en que se encuentra a mitad de camino entre la ruleta y la boule. De hecho, no es un juego apasionante, pero sí más variado que la boule, si bien, desgraciadamente, no ofrece al jugador mejores oportunidades de ganar.

La bandeja del vingt-trois, que gira como la de una ruleta, cuenta con veintisiete concavidades numeradas del 1 al 14 y coloreadas (con excepción del 13) en rojo y negro, de forma alternativa. Está recubierta por una pequeña cúpula transparente de plástico, con lo que se reduce enormemente el emocionante contacto del jugador con la evolución de la bola, tan característico en la ruleta. Se hace funcionar por medio de un dispositivo externo conectado a un sistema de engranajes.

El vingt-trois es más complejo que la boule, debido al hecho de que las probabilidades no son las mismas para todos los números. El margen de la casa es un 11,11%, el mismo que en las apuestas de dados forzadas a 4 y 10.

En la rueda los números 1, 2, 3 y 4 tienen una única concavidad donde se detiene la bola; las apuestas ganadoras a estos números se pagan en proporción 23 a 1. (De ahí proviene el nombre que recibe el juego). Los números del 5 al 11 tienen dos concavidades cada uno y se pagan 11 a 1, y los 12, 13 y 14 tres concavidades y se pagan 7 a 1. Al igual que en la boule, todas las apuestas a números sueltos le conceden a la casa un margen del 11,11%.

Hay tres números 13 de color blanco o amarillo, cuya función es idéntica a la del cero en la ruleta: cuando sale un 13, tanto rojo como negro (únicas apuestas a probabilidades iguales) pierden. No se aplica la regla en prisión, por lo que en tales apuestas el margen de la casa, 11,11 %, se mantiene.

Una peculiaridad del vingt-trois es la de que el croupier exclame ¡no va más! antes de activar el mecanismo de revolución de la bandeja. Una vez que ésta ha empezado a girar no se admiten nuevas apuestas, a diferencia de la ruleta y la boule en las que se pueden emplazar fichas sobre el trazado incluso escasos segundos antes de que la bola se detenga.

Página 1 de 1