Poker: El Stud de Siete Cartas

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El «seven-card stud» (stud de siete cartas), también llamado «Down the river» (río abajo) combina claramente los atractivos propios del draw y del stud en un solo juego. Los jugadores reciben dos cartas boca abajo y una descubierta al principio de la partida; luego tres cartas más descubiertas y, finalmente, una séptima carta boca abajo. Se dan cinco tandas de apuestas, circunstancia que convierte al stud de siete cartas en un «duro» juego.

Se advierte fácilmente que se trata de una variante que da paso a posibilidades de juego más complejas que el draw y el stud. Con siete cartas repartidas, las probabilidades de conseguir escalera y color son mucho mayores, al tiempo que es posible que un jugador tenga un full completamente oculto, como (A-A) 7-1O-J-A-(7), lógicamente muy difícil de detectar. Por otra parte, debido al buen número de cartas descubiertas y a la extensa secuencia de apuestas, los jugadores pueden recabar mucha más información acerca de las jugadas de sus adversarios.


Stud de siete cartas: secuencia de reparto y apuestas

Por término medio, las jugadas ganadoras en el stud de siete cartas se sitúan entorno a la doble pareja mayor de ases o de reyes. Lo cual no es indicativo de que puedan ganarse bastantes partidas con jugadas inferiores, sino de aquellas combinaciones a las que se aspira desde el principio. Al igual que en el draw o en el stud de cinco cartas, el primer factor a tener en cuenta y más importante es el de la jugada óptima para entrar en juego. La tabla inferior muestra algunas probabilidades que es útil conocer en relación a las tres o cuatro primeras cartas.

Stud de siete cartas: probabilidades

Probabilidades de formar una determinada jugada con las tres
primeras cartas:
Cualquier pareja
Pareja de ases
Cualquier trío
Trío de ases
Tres cartas de escalera (incluida la de color)
Tres cartas de color (incluida la de color)
Tres cartas de escalera de color
1 contra 5
1 contra 76
1 contra 424
1 contra 5.524
1 contra 4,5
1 contra 18
1 contra 85
*Probabilidades de conseguir determinadas jugadas tras el reparto
de las cuatro primeras cartas
Escalera con cuatro cartas de escalera abierta
Color con cuatro cartas de color
Full con doble pareja
Full o poker con trío
1 contra 1,3
1 contra 1,1
1 contra 3
1 contra 1,6

* : Calculadas sobre la base teórica de las cartas encubiertas -las probabilidades
son mayores si las cartas que no ligan están a la vista, y menores si es al contrario

La visión convencional del juego según la cual los tríos o parejas de ases o reyes deben ser jugados hasta el final, que vale la pena intentar sacar adelante combinaciones de escalera o color, y a la inversa, que cualquier pareja baja, incluso la de damas, tiene que ser desestimada si no va a más tras el reparto de la cuarta carta, es, bajo mi punto de vista, demasiado rígida. Al igual que ocurre en el poker, en cada caso debe tenerse en consideración la situación global del juego o si, por ejemplo, usted tiene un trío y está convencido de que algún jugador posee otro más valioso, deberá abandonar tan pronto como le sea posible. Una pareja baja oculta es potencialmente más valiosa que una pareja más alta a la vista de los jugadores. Por lo general, los principiantes valoran en exceso cuatro cartas de color o de escalera, puesto que hasta no estar completas, no poseen un valor real. En cada partida, debe usted valorar el juego que desarrolle su contrincante y la representación que éste se haga de su propio juego.

Efectúe las jugadas de apertura en consonancia con las características del juego en que se encuentre. En un juego entre amigos en que los jugadores gusten de imprimirle ritmo abriendo sin tener una mínima jugada y apostando descuidadamente, usted puede asumir toda clase de riesgos. En una partida seria con límite de apuestas debe poseer, en cambio, jugadas fuertes. En una partida de casino con siete u cho jugadores, donde el valor de la apuesta inicial es del 10 o de la primera apuesta y el croupier recorta el «bote» (toma un porcentaje para la casa) en cada partida, retírese del juego o, de lo contrario, el coste de las apuestas iniciales le conducirá a la ruina en un abrir y cerrar de ojos.

Mis recomendaciones en cuanto a las jugadas óptimas para abrir constituyen una guía práctica para ganar. Todo el mundo sabe que un trío es una excelente jugada; el problema reside en que sólo se puede esperar recibirlo una vez entre cada 425 partidas.

(1) Cualquier pareja oculta ha de ser jugada hasta la quinta carta, a no ser que en el transcurso de la partida aparezca una carta con el mismo valor en la jugada de un rival; si se consigue el trío, debe subirse la apuesta, a menos que esté al descubierto una pareja de cartas más altas.

(2) Cualquier pareja dividida con un valor superior a 9, como (9-10)10, debe ser jugada hasta la cuarta carta y, si se mejora, hasta la quinta pero no más allá, a menos que se consiga una segunda pareja o se tenga posibilidad de obtener cuatro cartas de escalera o de color; (9-10) 10-J-Q, por ejemplo.

(3) Igualmente, si se empieza con tres de escalera o de color, hay que tomar una cuarta carta, y si mejora la jugada, una quinta, pero no se debe ir más allá, a menos que se consiga color o mejorar obteniendo una pareja más alta como protección: (10-Q)7-K-Q, por ejemplo.

(4) Cualquier pareja dividida de nueves o inferior puede jugarse hasta la cuarta carta, pero no hasta la quinta sin haber mejorado a trío o a doble pareja oculta; (6-7)6-7, por ejemplo. Las dobles parejas bajas exigen ser jugadas con precaución y, por lo general, desechadas ante una pareja superior al descubierto.

(5) Una pareja de ases o reyes oculta puede ser jugada mientras no se aprecien jugadas superiores sobre la mesa; si está dividida, puede ser jugada con arrogancia; si está descubierta, hay que recelar de los jugadores que igualen la apuesta.

(6) Un trío alto debe ser jugado «apaciblemente» hasta la quinta carta, después deberán igualarse todas las subidas; si es un trío bajo, se puede subir antes.

La importancia de vigilar la extracción de cartas idóneas, con el fin de calcular en qué medida queden limitadas las probabilidades de mejorar el juego, no debe ser sobrevalorada. Poseyendo una pareja oculta, la probabilidad de lograr un trío se reduce aproximadamente a 1 contra 40 si una de las cartas que se necesita ya ha salido. Si teniendo cuatro cartas de color o escalera, cuatro o cinco de las cartas precisas ya han salido, las posibilidades de conseguir color o escalera quedan reducidas a la mitad. Los uenos jugadores de stud de siete cartas tienden a resolver la jugada en la quinta carta si
tienen una posibilidad real. Si así es, tenderán a comprometerse, yendo «río abajo» hasta la última carta.

En el stud de siete cartas, a medida que se reparte cada tanda de cartas, las oportunidades de hacer un juego habilidoso, incluidas las basadas en el farol, cambian y se desarrollan. Cada carta que aparece en la mesa amplía las perspectivas de juego, pues está relacionada con la propia jugada y con las probabilidades de los rivales. Cada vez que actúa un jugador, tanto si es para igualar, apostar o subir, se amplía la información. El stud de siete cartas es un juego complicado incluso para el experto. Se necesita experiencia para intuir la jugada que posee cada jugador y la posición en el juego de uno mismo, frente al resto de la mesa.

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