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más no puedo quedarme.
Sale.
LADY MACDUFF
¿Adónde huir? Yo no he hecho ningún daño.
Aunque bien recuerdo que estoy en el mundo,
donde suele alabarse el hacer daño
y hacer bien se juzga locura temeraria.
Entonces, ¿a qué acogerse a la defensa mujeril
diciendo que no he hecho ningún daño?
Entran ASESINOS.
¿Qué caras son estas?
ASESINO
¿Dónde está vuestro esposo?
LADY MACDUFF
Espero que en ningún lugar tan impío
donde alguien como tú pueda encontrarle.
ASESINO
Es un traidor.
HIJO
¡Mentira, canalla peludo!
ASESINO
¡Cómo, renacuajo! ¡Cachorro de traición!
[Le mata.]
HIJO
Me ha matado, madre. ¡Huye, te lo ruego!
Sale [LADY MACDUFF] gritando «Criminal!» (perseguida por
los ASESINOS].
IV.iii Entran MALCOLM y MACDUFF.
MALCOLM
Busquemos una sombra solitaria
donde vaciar de nuestro pecho la tristeza.
MACDUFF
Mejor empuñemos la espada mortal
y, como hombres dignos, defendamos
nuestra patria derribada. Cada nuevo día
gimen más viudas, lloran más huérfanos,
hieren más pesares la bóveda del cielo,
que resuena cual sufriendo con Escocia
y lanzando iguales sílabas de pena.
MALCOLM
Lloraré lo que crea, creeré lo que sepa
y, lo que pueda, hallaré ocasión de corregirlo.
Lo que me has dicho tal vez sea verdad.
A ese tirano, cuyo solo nombre nos llaga
la lengua, se le tenía por hombre de bien.
Tú le has querido, él no te ha tocado.
Soy joven, y conmigo bien podrías
ganarte su favor. Sería muy juicioso
ofrendar un corderillo débil a inocente
y aplacar a un dios airado.
MACDUFF
Yo no soy un traidor.
MALCOLM
Pero Macbeth sí. Hasta un alma
buena y virtuosa puede flaquear
ante una orden regia. Mas perdóname:
mis ideas no pueden cambiar to que tú eres.
Los ángeles aún brillan, aunque cayera
el más brillante. La maldad puede disfrazarse
de virtud, mas la virtud no lleva máscara.
MACDUFF
He perdido mi esperanza.