Crimen y Castigo (Fedor Dostoiewski) Libros Clásicos

Página 33 de 508

Has de saber, querido Rodia, que Dunia ha recibido una solicitud de matrimonio y la ha aceptado, lo que me apresuro a comunicarte. Aunque esto se ha hecho sin consultarte, espero que nos perdonarás, pues ya comprenderás que no podíamos retrasar nuestra decisión hasta que recibiéramos tu respuesta. Por otra parte, no habrías podido juzgar con acierto las cosas desde tan lejos.
»He aquí cómo ha ocurrido todo:
»El prometido de tu hermana, Piotr Petrovitch Lujine, es consejero de los Tribunales y pariente lejano de Marfa Petrovna. Por mediación de ella, y después de intervenir activamente en este asunto, nos transmitió su deseo de entablar conocimiento con nosotras. Le recibimos cortésmente, tomamos café y, al día siguiente mismo, nos envió una carta en la que nos hacía su petición con finas expresiones y solicitaba una respuesta rápida y categórica. Es un hombre activo y que está siempre ocupadísimo. Ha de partir cuanto antes para Petersburgo y debe aprovechar el tiempo.
»Al principio, como comprenderás, nos quedamos atónitas, pues no esperábamos en modo alguno una solicitud de esta índole, y tu hermana y yo nos pasamos el día reflexionando sobre la cuestión. Es un hombre digno y bien situado. Presta servicios en dos departamentos y posee una pequeña fortuna. Verdad es que tiene ya cuarenta y cinco años, pero su presencia es tan agradable, que estoy segura de que todavía gusta a las mujeres. Es austero y sosegado, aunque tal vez un poco altivo. Pero es muy posible que esto último sea tan sólo una apariencia engañosa.
»Ahora una advertencia, querido Rodia: cuando lo veas en Petersburgo, cosa que ocurrirá muy pronto, no te precipites a condenarlo duramente, siguiendo tu costumbre, si ves en él algo que te disguste. Te digo esto en un exceso de previsión, pues estoy segura de que producirá en ti una impresión favorable. Por lo demás, para conocer a una persona, hay que verla y observarla atentamente durante mucho tiempo, so pena de dejarte llevar de prejuicios y cometer errores que después no se reparan fácilmente.
»Todo induce a creer que Piotr Petrovitch es un hombre respetable a carta cabal. En su primera visita nos dijo que era un espíritu realista, que compartía en muchos puntos la opinión de las nuevas generaciones y que detestaba los prejuicios. Habló de otras muchas cosas, pues parece un poco vanidoso y le gusta que le escuchen, lo cual no es un crimen, ni mucho menos.

Página 33 de 508
 

Paginas:
Grupo de Paginas:                         

Compartir:



Diccionario: