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No sé nada de tu pasado, pero no me cabe duda de que una muchacha como tú no ha entrado en esta casa por su voluntad.
-¿Qué significa eso de «una muchacha como yo»? -murmuró Lisa con voz apenas perceptible pero que yo oí.
«¡Demonio! La estoy halagando. Esto es una cobardía. Pero tal vez dé buen resultado.»
Ella guardaba silencio.
-Oye, Lisa, te pondré como ejemplo lo que me ocurre a mí. Si yo hubiese tenido una familia cuando era niño, hoy no sería como soy. Pienso en ello con mucha frecuencia. Por mal que estés al lado de tu familia, de tu padre y tu madre no serán nunca para ti enemigos, extraños. Te demostrarán su cariño por lo menos una vez al año. Ocurra lo que ocurra, sabes que estás en tu casa. Yo no tenía familia, y seguramente por eso soy tan... insensible.
Volví a esperar.
«Quizá no comprenda -pensé-. Es ridículo que le dé lecciones de moral.»
-Si yo fuese padre y tuviese una hija, creo que la querría más que a un hijo; y no sólo lo creo, sino que estoy seguro.
Procuraba distraerla. Confieso que estas atenciones me sonrojaban.
-Y, eso ¿por qué? -exclamó Lisa.
¡O sea que me estaba escuchando!
-No lo sé, Lisa. Mira, yo conocí a un padre. Era un hombre severo y duro; pero se arrodillaba ante su hija, le besaba los pies y las manos y no se cansaba de admirarla. Cuando ella estaba en el baile, él permanecía de pie durante cinco horas en el mismo sitio, sin perderla de vista. Estaba loco por ella. Y me parece muy natural. Por la noche, cuando ella dormía, él se despertaba e iba a besarla y a bendecirla durante su sueño. Era avaro para los demás y para él mismo, que iba de paseo vestido con un viejo y grasiento redingote; mas para ella no reparaba en gastos: le hacía magníficos regalos, y ¡qué alegría la suya si a ella le gustaban! Los padres quieren a sus hijas más que las madres. Generalmente, las hijas son felices en la casa paterna. Por lo que a mí se refiere, si tuviese una hija, creo que no la casaría nunca.
-¡Vaya! ¿Por qué? -exclamó Lisa sonriendo levemente.
-Francamente: me sentiría celoso. ¿Cómo podría consentir que besara a un extraño, que quisiera a alguien que no fuese yo? No quiero ni pensarlo.