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No se enfade, Aniken prosiguió, con lágrimas en los ojos . Busque un medio razonable para que estemos juntos y estoy dispuesto a todo. Disponga de mi, sáqueme del abismo en que el arar me ha hundido. Por mi parte, no veo ningún medio.
Su loe encía aquí justifica todas las calumnias de madame de Larcay; déjeme en paz y que no vuelva a verle más.
Alfredo se marchó con más ira que dolor. No encuentra nada que decirnos», pensó Mina. Estaba desesperada: casi tenía que despreciar al hombre que adoraba.
¡De modo que no encontraba ningún medio para unirse a ella! ¡Y era un hombre, un militar! En cambio ella, una muchacha, había encontrado, desde el momento en que se enamoró de él, una manera, y una manera terrible: aquel disfraz que, si se descubriera, la deshonraría para siempre... Pero Alfredo había dicho: «Disponga de mí, busque un medio razonable.» Seguramente, a Mina le quedaba todavía en el alma un poco de remordimiento, pues estas palabra, la consolaron: querían decir que tenía poder para obrar. «Pero replicaba el abogado del infortunio Alfredo no ha dicho: "No creo la calumnia." La verdad es pensaba Mina que, por más que mi insensatez exagere la diferencia de maneras entre Alemania y Francia, yo no tengo la menor traza de criada. Y ¿cómo se explica que una muchacha de mi edad venga disfrazada a un balneario? Tal como es, no puedo ser feliz con él. "Busque un medio para estar juncos; estoy dispuesto a codo", me dijo. El es débil y yo tomo a mi cargo nuestra felicidad Pues bien, asumo el cargo, se dijo, levantándose y paseando por el salón muy excitada. Veamos en primer lugar si resiste a la ausencia o si es un hombre enteramente despreciable, un verdadero hijo de la ironía. Si es así, Mina de Vanghel conseguirá olvidarle.»Al cabo de una hora salió para Chambéry, que sólo dista unas` leguas de Aix.
Alfredo, sin creer mucho en la religión, consideraba que no tenerla era de mal tono. Al llegar a Chambéry, la señora Cramer tomó de profesor a un joven ginebrino, que estudiaba para ministro protestante, para que diariamente explicara la Biblia a ella y a Aniken, a la que ahora, por afecto y por compensarla de su pasada cólera, llamaba sobrina.