Página 8 de 56
por si a buscaros envío,
que pase libre el que venga.
LOPE HIJO: No hallo en todo el poder mío
prenda ninguna que daros.
Mas...tomad este cuchillo
de monte; seguro viene
quien le trajere consigo.
MENDO: ¿Cuchillo me dais?
LOPE HIJO: ¿Qué puedo
dar yo que no sea ministro
de la muerte?
MENDO: Yo le acepto
para embotarle los filos.
LOPE HIJO: Tomad, y adiós.
MENDO: Id con Dios.
LOPE HIJO: ¡Ay de mí infeliz!
MENDO: ¿Qué ha sido?
LOPE HIJO: Con la turbación, al darle,
me herí la mano; y si os miro
con él en la vuestra, tiemblo;
porque aunque no vengativo
contra mi vida os mostréis...
MENDO: Mirad que es vago delirio
de la turbación; que yo...
VOCES: ¡Al monte, al valle, al camino! Dentro
VICENTE: Ya se vienen acercando.
VIOLANTE: No aguardéis más, sino idos;
que está viendo vuestro riesgo
pendiente el alma de un hilo.
LOPE HIJO: Por vuestro cuidado huyo,
antes que por mi peligro.
(¡Ay, ilusión, qué de cosas Aparte
en un instante hemos visto!)
Vase
MENDO: Porque adelante no pasen,
salgamos a recibirlos.
(¡Ay, qué de cosas, Fortuna, Aparte
a la memoria has traído!)
Vase
VIOLANTE: (En toda mi vida vi Aparte
tan amables los delitos.
¡Ay, discurso, qué de cosas
llevo que pensar conmigo!)
Vase. Salen don GUILLÉN y LOPE DE URREA (PADRE)
GUILLÉN: Habiendo yo amigo sido
desde nuestra edad primera
de don Lope, mal hiciera,
hallándoos tan afligido,
en no saber si mandáis
algo. ¿En qué serviros puedo?
LOPE PADRE: Muy agradecido quedo
al favor que me mostráis.
Y ¿cuánto ha que habéis venido:
GUILLÉN: Ayer entré en Aragón;
siguiendo una pretensión
de Nápoles he venido.
LOPE PADRE: Yo hablar hoy al rey quisiera,
aunque él que me dé no creo