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de otro disfraz-, en este horror y miedo,
al universo Centro de la Tierra, 325
robándole la joya, a quien encierra,
temeroso de mí, verde alquería,
con quien es noche el rosicler del día?
Alta empresa me mueve,
tanto que, para que con ella salga, 330
es fuerza que me valga
de aquélla que sin ser a ser se atreve.
Conficionado horror de fuego y nieve,
añadido veneno a mi veneno,
¡oh tú, que el pavoroso obscuro seno 335
de esa bruta coluna
del venenoso monte de la luna
habitas, ponzoñosa y escondida,
mágico parasismo de la vida,
madre horrible del sueño, 340
alimentada furia del beleño,
susto de los mortales,
línea a los bienes, término a los males,
mesonera del llanto,
huéspeda de los reinos del espanto, 345
reloj de los momentos,
precisa acotación de los alientos,
separación penosa
de la más dulce unión. ¡Oh tú, horrorosa
imagen de la culpa y de la muerte, 350
que en piedra o bruto al racional convierte,
a pesar pareciendo, de lo bello,
un áspid cada crin de tu cabello;
cada semblante, un ceño de tu ira;
y, en fin, oh tú, que darte no se escusa 355
el equívoco nombre de que hoy usa
retórico el concepto de la fama,
pues siendo culpa y muerte-!
(Sale MEDUSA.)
[MEDUSA] ¿Quién me
llama?
Mas no lo digas, que ya veo quién eres.
DEMONIO ¿En qué?
MEDUSA En que al ir a pronunciar Medusa, 360
te respondo, me ves y no te mueres.
¿Qué es, pues, lo que me quieres,
que en derrotado traje de tormenta
me buscas?
DEMONIO Sólo que me estés atenta:
De rebeldes espíritus caudillo- 365
MEDUSA La Apocalipsis sé, no hay que decillo.
DEMONIO -al mismo Dios le presenté batalla.
MEDUSA Ezequiel lo dirá; no hay que contalla.
DEMONIO Diome el ver un bosquejo, una belleza,-