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considerables, lo recogieron y emprendieron la huida, sin ocuparse de Mariana At Lea, principal
objetivo de su misión.
Mariana, después de tanto tiempo, no había reconocido a Robin durante el combate. Grande fue
su sorpresa al reconocer al amigo de su infancia en aquel paraje.
Los dos se abrazaron con cariño y se encaminaron a Sherwood. Allí tuvieron una larguísima
conversación. Los jóvenes se contaron todo lo que sabían sobre los sucesos ocurridos en el país
durante los últimos años y se confesaron sus sospechas y certezas.
Mariana se quedó a vivir en el bosque de Sherwood. Empezó a ayudar al padre Tuck. En poco
tiempo se ganó el corazón de los niños y de todos los allí refugiados.
CAPÍTULO ONCE
UNA DOBLE LIBERACION
Robin y Mariana aprovechaban los ratos libres para pasear por el bosque, a pie o a caballo, y
disfrutar de las maraviIlas de la naturaleza. Mariana también practicaba con el arco y logró
convertirse en una experta tiradora. Pero una noticia vino a cambiar la tranquilidad de Sherwood.
Una persona de la ciudad de Nottingham vino a informar a Robin de que se preparaba un nuevo
ataque contra él. La expedición estaba organizada por los hermanos Reinault y en ella
participarían Ralph de Bellamy, el frustrado pretendiente de Mariana, y Guy de Gisborne, ya
restablecido de sus heridas.
Robin hizo sonar inmediatamente el cuerno de caza con el que convocaba a sus hombres bajo
el roble centenario. Era necesario que conocieran detalles sobre esta ofensiva. Sabía que esta vez
sus enemigos prepararían a conciencia la incursión en Sherwood. Ellos tendrían que organizarse y
repeler la agresión. Estaba claro que los atacantes no habrían olvidado las numerosas
humiIlaciones y querrían vengarse de una vez por todas. Robin y los suyos sabían que la situación
era delicada.
Robin decidió que uno de los suyos debería infiltrarse en el castillo de Hugo de Reinault para
obtener información de primera mano. El elegido para esta misión fue Much, hombre de absoluta