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En cuanto al fondo, este juego es el mismo que el del banquillo. Cada uno de los jugadores toma el tÃtulo de consejero, en vez del de juez: en lugar del acusador, uno de los jugadores es el secretario del consejo; y en lugar del acusado se pone sentado a alguna distancia del cÃrculo el consultante. El notario recoge los votos, y dirigiéndose después al consultante, le dice : Amigo, el consejo de los consejos aconseja a usted que haga o evite, etc. (Aquà añade todos los consejos que le han dado.) Estos consejos deben presentarse, invertido su orden, como en el juego del banquillo, a fin de que el consultado no adivine los sujetos por el orden con que están sentados. Tendrase presente el dar los consejos según el carácter, costumbres, prendas y circunstancias del consultante; como asà bien, que al paso que es muy entretenido cuando se hace con reserva y amenidad, es fastidioso si se dan, aIabanzas, comunes o muy refinadas.