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¡Soplando! Simplemente, soplando con energía. Para evitar posibles tortillas, convendrá que el huevo a utilizar sea duro, puesto que la mayor dificultad no estriba en sacarlo de la primera copa, sino en introducirlo en la segunda.
Es cuestión de cálculo. Si no consigue hacerlo, tenga claro que es por culpa del tabaco, no del enunciado.