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doce se hallan en actual actividad. Si a estos señores escritores se les
ocurriese la peregrina idea de venir a esta parte de la América, me sería
grato llevarlos a Tacna, hacerles subir la quebrada de Palca, y pudiera
ser que de la cumbre de Huaylias (4496 metros), cuatro leguas distante del
Tacora, antiguo volcán, pudiésemos contar los treinta y ocho cráteres sin
gran dificultad. [78]
En el Departamento de Cajamarca sólo tengo noticia de dos volcanes,
hoy apagados, el Ichaocan y el de la Encalada; ignoro sus alturas, pero,
por lo general, los volcanes del Perú pueden considerarse como de una
altura de 4000 metros, término medio.
Los Departamentos de Libertad y Ancachs, demuestran varios picos, sin
duda alguna, volcanes apagados: sus vertientes de aguas termales
demuestran la existencia de fuegos subterráneos, sobre gran parte de su
extensión territorial.
En el Departamento de Lima se ostentan, en la Cordillera, gran
cantidad de picos volcánicos, muchos de ellos sin nombres conocidos.
Los picos de Morococha (3392 metros), Tactuchu (4224 metros),
Pomacocha (4490 metros), Yautac (4637 metros), Sugtunchaca (4900 metros),
indican claramente la acción volcánica que, desde inmemoriales tiempos, ha
trabajado el territorio de estas comarcas. Sobre la Isla San Lorenzo y
Salto del Frayle, me ocuparé después.
En los territorios de Junin, Huancavelica, Ayacucho e Ica, no faltan
picos volcánicos cuyos fuegos parecen adormecidos. Los vertientes termales
en esas comprensiones -las aguas de Huacachina, por ejemplo, indican la
existencia de esos fuegos, que en épocas, más o menos antiguas, han
destruido Lima, Pisco o Ica, causando ruina por todas partes: la