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[213] digo que debe unirla, porque al paso que vamos, esa unión es hoy,
quizás, una insuperable dificultad.
El río de La Chira, formado de los ríos Pilares, Alamor, Catamaya,
Quiroz y Macara, que tienen algunos, por sí o sus ramales, origen en el
territorio de Loja, departamento perteneciente a la República del Ecuador,
arrastra considerable cantidad de agua al mar, entrando a inmediaciones de
Colan, pequeño pueblo cuatro leguas al Norte de Payta. De ese río, según
contrata, debía conducirse a Payta, por cañerías de fierro, el agua
suficiente y más que suficiente, para su consumo y necesidades; como
muchas otras contratas del Gobierno, esa obra no se ha concluido, a pesar
de haber este bonachón y tonto sujeto (el Gobierno), entregado el total
importante de la obra contratada. Payta carece, pues, de agua; y hasta los
perros, al anochecer, se ven obligados en tropas a marcharse al Arenal,
pueblo a orillas del río La Chira, a amortiguar su sed.
Lo más notable de Payta hoy, según lo que yo he visto, es una enorme
concha marina que sirve para contener el agua bendita, en el bautisterio
de la Iglesia de la Merced.
Navegando hacia Guayaquil, se pasan los altos de la gran hacienda de
Mancora, propiedad de los hijos de un señor Lama. Esta hacienda era de la
Beneficencia de Piura; arrendatario era el señor Lama, en la época del
Portete; el valor del ganado que se dice dio para el Ejército que
comandaba el general La Mar, y después el general Gamarra, fue suficiente
y aún sobró, para quedarse con la hacienda, en virtud de un contrato, que