Una mujer sin importancia (Oscar Wilde) Libros Clásicos

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-Me alegro de oírte decir eso. Ciertamente, Gerald no se irá contigo.
LORD ILLINGWORTH.-¡Qué tontería, Rachel!
MISTRESS ARBUTHNOT.-¿Crees que le permitiría a mi hijo...?
LORD ILLINGWORTH.-Nuestro hijo.
MISTRESS ARBUTHNOT.-Mi hijo... (Lord Illngworth se encoge de hombros.) ¿Marcharse con el hombre que manchó mi juventud, que arruinó mi vida, que mancilló cada instante de ella? Tú no te das cuenta de que mi pasado está lleno de sufrimiento y vergüenza.
LORD ILLINGWORTH.-Mi querida Rachel, debo decirte que creo que el futuro de Gerald es considerablemente más importante que tu pasado.
MISTRESs ARBUTHNOT.-Gerald no puede separar su futuro de mi pasado.
LORD ILLINGWORTH.-Eso es exactamente lo que debería hacer. Eso es exactamente lo que deberías de ayudarle a hacer. ¡Qué típicamente femenina eres! Hablas sentimentalmente y eres terriblemente egoísta. Pero no tengamos una escena, Rachel, quiero que veas el asunto desde el punto de vista del sentido común; desde el punto de vista de qué es mejor para nuestro hijo, quedándonos tú y yo fuera de la cuestión. ¿Qué es ahora nuestro hijo? Un empleadillo en un pequeño Banco provincial, en una ciudad inglesa de tercera categoría. Si crees que es feliz así, estás equivocada. Está muy descontento.
MISTRESS ARBUTHNOT.-No lo estaba hasta conocerte a ti. Tú lo hiciste cambiar.
LORD ILLINGWORTH.-Desde luego que sí. El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre o de una nación. Pero no sólo le hablé de las cosas que ahora no podía obtener. No; le hice una gran oferta. Saltó de gozo, no necesito decirlo. Cualquier hombre lo hubiera hecho.Y ahora, simplemente porque resulta que soy el padre del muchacho, tú te propones arruinar su carrera. Es decir, si yo fuera un perfecto extraño, tú le hubieras permitido a Gerald venir conmigo, pero como lleva mi propia sangre, no quieres. ¡Qué terriblemente ilógica eres!
MISTRESS ARBUTHNOT.-No te permitiré que te lo lleves.
LORD ILLINGWORTH.-¿Cómo podrás evitarlo? ¿Qué excusa puedes darle para hacer que rechace una oferta como la mía? Yo no le diré qué lazos me unen con él, como es natural. Pero tú tampoco te atreverás a decírselo. Sabes que no. Observa cómo lo has educado.
MISTRESS ARBUTHNOT.-Lo he educado para que sea un hombre bueno.
LORD ILLINGWORTH.-Exactamente. ¿Y cuál es el resultado? Lo has educado par que sea tu juez, si llega a enterarse de lo que hiciste.Y será contigo un juez severo e injusto. Los hijos empiezan por amar a sus padres, Rachel.

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