Una mujer sin importancia (Oscar Wilde) Libros Clásicos

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Es el privilegio de la gente que no tiene nada que hacer. Ésa es la única utilidad de la clase ociosa en un país, y la única explicación posible de nosotros, los Harfords.
GERALD.-¿Harfords, Lord Illingworth?
LORD ILLINGWORTH.-Es mi nombre de familia. Debería estudiar la Guía Nobiliaria, Gerald. Es un libro que todo joven mundano debe conocer bien, y además es lo mejor que ha hecho Inglaterra.Y ahora, Gerald, va a entrar conmigo en una vida completamente nueva, y quiero que aprenda a vivirla. (Aparece mistress Arbuthnot tras ellos, por la terraza.) ¡Porque el mundo ha sido hecho por los tontos para que los sabios vivan en él! (Entran por la izquierda lady Hunstanton y el doctor Daubeny.)
LADY HUNSTANTON.-¡Ah! Está usted aquí, querido Lord Illingworth. Bueno, supongo que le habrá estado diciendo a nuestro joven amigo Gerald cuáles van a ser sus nuevos deberes y dándole muchos y buenos consejos mientras fumaban un agradable cigarrillo.
LORD ILLINGWORTH.-Le he dado los mejores consejos, lady Hunstanton, los mejores cigarrillos.
LADY HUNSTANTON.-Siento no haber estado aquí para escucharlo, pero supongo que ya soy demasiado vieja para aprender. Excepto de usted, querido archidiácono, cuando está en su hermoso púlpito. Pero entonces siempre sé lo que va usted a decir, así que no me siento alarmada. (Ve a mistress Arbuthnot.) ¡Ah! Querida mistress Arbuthnot, únase a nosotros.Venga, querida. (Entra mistress Arbuthnot.) Gerald ha tenido una larga conversación con Lord Illingworth; estoy segura de que está muy contenta del magnífico porvenir que se le presente a su hijo. Sentémonos. (Se sientan.) ¿Y cómo va su bello bordado?
MISTRESS ARBUTHNOT.-Siempre estoy trabajando, lady Hunstanton.
LADY HUNSTANTON.-Mistress Daubeny también borda un poco, ¿verdad?
EL ARCHIDIÁCONO.-Antes era como una Dorcas manejando la aguja. Pero la gota ha paralizado mucho sus dedos. No toca una aguja desde hace nueve o diez años. Pero tiene muchos otros entretenimientos. Está muy interesada con su salud.
LADY HUNSTANTON.-¡Ah! Eso es siempre una buena distracción, ¿verdad? Y ahora, Lord Ilhngworth, díganos de qué estaban hablando.
LORD ILLINGWORTH.-En este momento iba a explicarle a Gerald que el mundo se ríe siempre de sus tragedias, porque es de la única forma que es capaz de soportarlas.Y como consecuencia, lo que el mundo ha tratado seriamente pertenece al lado cómico de las cosas.
LADY HUNSTANTON.-Eso está fuera de mi entendimiento, como ocurre generalmente cuando habla Lord Illingworth.Y la sociedad es muy despreocupada. Nunca me ayuda.

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