Página 4 de 66
con las estrellas? ¿Qué mares
los que su esmeralda ciñen?
Porque me importa saber,
antes que su arena pise,
qué clima es y quién la habita,
qué tierra es y quién la rige.
ROSICLER: Huéspeda hermosa del aire,
porque mis voces te obliguen
a pagar también en voces
esa deuda que me pides,
escúchame. Este caduco
homenaje que resiste
embates de mar y viento,
con dos enemigos firme,
es el Cáucaso eminente.
Esta isla, donde asiste
el endemoniado Fauno,
albergue fue oscuro y triste
a quien ese muro ya
de monumento le sirve.
La corona de este imperio
es Menfis, y quien la rige
es el magno Tolomeo,
dueño del alma de Euclides.
Yo soy Rosicler de Tracia,
hermano soy invencible
del caballero del Febo.
El que a tu deidad se rinde
don Floriseo es de Persia.
A tan remotos países
nos trajo ambición de honor;
que éste en nuestros pechos vive.
A vencer vine un prodigio,
a cuya empresa me sigue
Floriseo; que los dos
profesamos las insignes
leyes de caballería;
y si mi intento consigue
vencer la duda, que ya
dentro del alma reside,
con mayor causa diré,
agradecido y humilde,
venciendo mis confusiones,
que a vencer prodigios vine.
LINDABRIDIS: Tartaria, aquella provincia
que sobre las dos cervices
de África y Asia se sienta,
rica, hermosa y apacible,
aquélla que dos mitades
del orbe abraza y divide,
línea de plata el Orontes,
pauta de cristal el Tigris,
es mi patria. Hija soy noble
de Brutamonte, felice
rey de Tartaria. Mi nombre,
en ofensa de Floripes,
de Angélica y Bradamante,
es la sin par Lindabridis,
heredera de su imperio,
si el hado no me lo impide;
pues a esta instancia discurro
el orbe. Y porque os admire
el oírme como el verme,
con más atención oídme.
Es de mi patria heredada